Después de la tormenta, viene la calma

Arrojando nieve en el Río, algo prohibido por muchos años, comenzó en Lawrence el martes, 10 de febrero 2015 con la aprobación del Gobernador Charlie Baker. Dumping snow in the river, something banned for many years, started in Lawrence on Tuesday, February 10th, 2015 authorized by Governor Charlie Baker.
Arrojando nieve en el Río, algo prohibido por muchos años, comenzó en Lawrence el martes, 10 de febrero 2015 con la aprobación del Gobernador Charlie Baker. Dumping snow in the river, something banned for many years, started in Lawrence on Tuesday, February 10th, 2015 authorized by Governor Charlie Baker.

Si pudiéramos escoger, pediríamos que solo nevara en las montañas para satisfacción de los esquiadores en lugar de en ciudades, especialmente en Lawrence con sus calles estrechas, muchas casas de tres pisos y sin espacio para estacionar los autos fuera de la calle.

Aunque el invierno dura varios meses, no cabe duda de que el mes de febrero es el que siempre nos trae más nieve y muchas veces, las nevadas más abundantes. ¿Recuerdan la nevada del 10 de febrero 2015? Cayó tanta nieve encima de la que ya teníamos que el Gobernador Baker autorizó arrojarla en el río, algo que no se hacía en mucho tiempo, además de enviar a la Guardia Nacional y equipos para darnos una mano.

No cabe duda que cada tormenta tiene sus peculiaridades.  Este mes de febrero, que aún no ha terminado, lo recordaremos por ser la tormenta que obligó a atrasar la recogida de basura y reciclaje, cerrar el Ayuntamiento y sus dependencias así como a las escuelas y cancelar días de clases por dos semanas consecutivas.

No cantemos victoria ya que los meteorólogos nos están anunciando otra tormenta, ésta dirigida al estado de Maine donde se espera que descargue toda su energía aunque es posible que nos toquen hasta 3 pulgadas de nieve, sobre las 10 que nos dejaron las dos últimas tormentas.

Queremos destacar el magnífico trabajo de los empleados del Departamento de Obras Públicas, junto con los contratistas privados, quienes trabajaron incansablemente durante los días y noches que las tormentas duraron para mantener las calles abiertas y seguras para los ciudadanos de la Ciudad de Lawrence y sus visitantes