Obedecer la ley o pagar las consecuencias

 

Si no nos falla la memoria, en anteriores editoriales hemos tratado sobre la necesidad de hacer cumplir las disposiciones de tránsito vigentes y dábamos algunos ejemplos de violaciones comúnmente cometidas por algunos de nuestros conductores.

Como ejemplo citábamos la forma como algunos ignoran el significado de las señales en los semáforos que parecen haber sido estudiadas sólo para pasar el examen de conducir y luego convenientemente olvidadas. Este es el caso de las señales de No Izquierda colocadas a lo largo de la Calle Essex desde que se convirtió en dos vías.

Años atrás, se hizo oficial el doblar a la derecha con la luz roja, con precaución. A principio se pusieron letreros indicándolo. Ya no se usan, en su lugar, el círculo rojo fue reemplazado con una flecha roja. Si la flecha apunta hacia la izquierda, en su mayoría es respetada, pero si la flecha apunta hacia la derecha, la mayoría la ignora y doblan a la derecha con mucha naturalidad.

El caso específico de estas luces de tráfico a que nos referimos están localizadas en el extremo norte del Joseph W. Casey Bridge, (más conocido como Central Bridge en Lawrence) en la intersección con las calles Canal y Amesbury.

Haga usted la prueba. Si usted está en esa intersección, fíjese como uno tras otro los choferes toman una derecha aún cuando la flecha está en rojo. Si usted para, respetando la ley, y espera a que cambie a verde, muchos que están detrás le tocarán la bocina. ¡Algunos le darán el dedo!

Otras señales que lucen estar de adorno, las señales de PARE. Como su nombre lo indica, estas señales son para parar y mirar. El que primero llegue a la señal de pare, tiene el derecho de vía. Estos “derechos” aplican tanto en las señales sencillas como en las múltiples. Para algunos, diríamos muchos choferes en Lawrence parece haber otra ley que reza: Si los demás paran, yo no tengo porque parar.

Otra violación, que tal vez no lo es por la frecuencia con que se practica, es doblar en U en calles céntricas de dos vías como la Essex y Broadway. A estas violaciones es importante agregar la velocidad con que algunos conducen. Un buen ejemplo es la calle Mount Vernon. Si usted conduce por ella respetando el límite de 30 millas por hora, muy a menudo el que viene detrás que está apurado, irrespetando la doble línea amarilla lo sobrepasará y se perderá en la distancia.

Y para complicar aún más la situación, no debemos ignorar el descuido conque muchos peatones, especialmente la gente joven, deambula por las calles muchas veces cruzándolas entretenidos mientras envían mensajes de texto en sus teléfonos.

Concluyendo, todos debemos obedecer la ley o pagar las consecuencias.