A pesar de todo, Feliz Año Nuevo

Rumbo Editorial
Rumbo Editorial

La primera semana de este año ha sido muy ocupada además de complicada. No hablamos por nosotros, sino por los organizadores de los diferentes eventos ocurridos en el valle. Tres alcaldes, dos reelectos y uno recién elegido, siendo juramentados junto con sus gabinetes, que por todos los medios necesitan atención al detalle y por supuesto, la cobertura. Nos quitamos el sombrero ante todos los involucrados en la organización de los diferentes eventos.

El día 2 de enero, William Maloney, Escribano de la Ciudad de Lawrence tomó juramento a los miembros del nuevo Concejo Municipal así como a los nuevos miembros del Comité Escolar y de la Escuela Vocacional, en el pequeño espacio de la cámara donde se reúne el concilio. Tres bancos no fueron lo suficiente grandes para acomodar a los miembros de cada cuerpo legislativo, al punto que el Concejal Marc Laplante decidió sentarse en el único lugar disponible, el designado para un minusválido.

La decisión del re-electo Alcalde de Lawrence, Daniel Rivera de juramentarse él solo, nos dejó con la misma impresión de su primera juramentación cuatro años atrás. Quiere toda la atención para sí y que el concilio, para él, no significa nada. Están ahí porque lo exige la carta constitucional de la ciudad, pero él no tiene que contar con ellos para hacer y deshacer. De todas formas sabe que va a tener su apoyo como hasta ahora.

En su segundo discurso inaugural, Rivera, después de describir el desastre que dijo haber heredado de la anterior administración, se vanaglorió de haber cerrado el 2017 con un superávit de $14 millones. Eso sinceramente nos llena de satisfacción, pero se le olvidó mencionar en cuanto a la situación que había cuando él tomó el timón de la ciudad por primera vez.

Él, Rivera, no tomó el mando con un déficit de $24.5 millones. Él no tuvo que suspender policías, bomberos, y empleados de DPW por falta de dinero. ¡Cuánto nos hubiera gustado ver como CEO Rivera hubiera enfrentado esa situación!

Él, Rivera, tomó el mando luego de que todos esos policías, bomberos y empleados de DPW habían sido llamados de nuevo a sus trabajos con sus salarios restituidos, con $18 millones de superávit en el Departamento del Agua y $7 millones de superávit en el presupuesto operativo anual

Sin embargo, él, Rivera, suspendió a 30 empleados, algunos antes de ser juramentado, por diferencias políticas, los cuales estaban calificados para desempeñar sus puestos para reemplazarlos por personal carentes de las credenciales necesarias. Muchos de estos casos terminaron en la corte, costándole a la ciudad miles de dólares en gastos legales y de remuneración.

Una cosa que hemos notado que tal vez usted no, sucedió en la ceremonia de juramentación, comparada con la anterior. La primera vez, con bomba y platillo, se juramentó ante la Senadora Elizabeth Warren y la Congresista Niki Tsongas.

Esta vez, la Senadora Elizabeth Warren, que tiene aspiraciones presidenciales, brilló por su ausencia. Solo vino la Congresista Niki Tsongas que ya está de retirada y no tiene nada que perder, y el Gobernador Charlie Baker que estaba anunciado, no compareció. ¿Tal vez uso la tormenta como excusa? ¿Es que nuestro alcalde está perdiendo popularidad?

No lo creemos. Sabemos que la justicia aún está de su lado, a juzgar por la presencia de la Fiscal General Maura Healey y del Juez Salim Rodriguez Tabit entre los dignatarios invitados a su juramentación.

Sabemos que el pueblo de Lawrence no tiene nada bueno que esperar en este segundo periodo de Rivera. Solo promesas. Su mayor deseo era la Ley de Residencia, a juzgar por la inmensa mayoría que votó por ella, la cual Rivera se negó a firmar luego de anunciar que si se la presentaban 100 veces, 100 veces la vetaría.