Poder Ético, Innovación e Influencia en el Comportamiento Humano
Por Tomi Michel
“A lo largo del tiempo y en todos los países, las personas que tienen la riqueza son las que poseen los medios de producción de riqueza. Para mantener o aumentar su riqueza, trabajan con las personas que tienen el poder político, que están en una relación simbiótica con ellas, para establecer y hacer cumplir las reglas.” —Ray Dalio, The Changing World Order.
Un individuo no puede presidir desde una postura de debilidad. Tanto la gestión de cosas como el liderazgo de personas requieren la capacidad de ejercer energía y fuerza. Las empresas en los sectores público, privado y no lucrativo de la sociedad requieren líderes competitivos para subsistir y prevalecer en el mercado, donde las opciones son abundantes.
Mi experiencia trabajando en un municipio de Massachusetts me enseñó que implementar consistentemente soluciones innovadoras dentro del gobierno municipal conduce a resultados positivos y fomenta el cambio en el comportamiento humano. Por otro lado, la falta de creatividad y el fracaso en mantenerse al día con los avances tecnológicos en el mundo, con sus requisitos de competencia central, fluctuaciones en la economía y las necesidades apremiantes de la población, son adversos para la integridad, el desarrollo y el progreso de nuestra sociedad.
Por lo tanto, es fundamental que un líder se sienta cómodo con una mentalidad de cambio continuo, readaptando su modus operandi cuando sea necesario. Como sugeriría Charles Darwin en su teoría de la evolución para asegurar la supervivencia: no es el más rápido ni el más fuerte quien sobrevive, sino el que puede adaptarse a los cambios. Considerando que el poder puede definirse como la capacidad de influir y controlar los pensamientos, comportamientos y acciones de las personas, eventos y resultados.
El poder ha sido malinterpretado durante mucho tiempo y no debe confundirse con el liderazgo —la capacidad de guiar a un grupo hacia un objetivo común— ni con la manipulación, que es la capacidad de influir en un grupo hacia un objetivo mediante engaño, priorizando intereses personales sobre el bienestar del grupo. He concluido que existen siete tipos de poder a nivel individual.
El poder que proviene del conocimiento y el acceso a la información es el poder intelectual. El poder que surge de poseer riqueza y activos financieros es el poder económico. El poder derivado del acceso a una vasta red humana, junto con sus herramientas, recursos e ideas, es el poder social. El poder que proviene del consenso y el apoyo de la mayoría de un grupo o colectivo es el poder político (no limitado al sector público). El poder que evoluciona de la experiencia y la sabiduría es el poder experimental. El poder militar se basa en la capacidad de ejercer fuerza física, policíaca, violencia y llevar a cabo guerra. El séptimo tipo es el poder espiritual, que proviene de la fuerza interior, la convicción, una psique saludable y un sentido de conexión con un ser divino o superior. En consecuencia, el poder puede ser utilizado con la intención de edificar o de dañar. La línea que divide sus usos constructivos de los destructivos se encuentra en la literatura ética, una subdisciplina de la filosofía.
Por ejemplo, el poder institucional puede ser aprovechado para influir en la acción individual. “Las campañas educativas por parte del gobierno pueden ayudar a influir positivamente en el comportamiento. Si el gobierno tiene el objetivo de que los ciudadanos lleven un estilo de vida saludable, que conlleva a menos visitas al hospital y al médico y a una mejor calidad de vida, se puede educar a las personas a través de una campaña e implementar incentivos para fomentar elecciones saludables.
Además, el gobierno puede imponer sanciones a quienes no quieran cumplir. Un ejemplo de esto fue cuando las ciudades y pueblos de Massachusetts prohibieron fumar en bares y restaurantes. Hubo una campaña de comunicación sobre los peligros de fumar e igualmente importante, destacó los peligros de la inhalación de humo de segunda mano por parte de los no fumadores. El mensaje era que, aunque cualquier persona mayor de edad tenía el derecho de fumar, no tenía el derecho de impactar a otros en lugares públicos. Las ideas innovadoras del gobierno pueden modelar un buen comportamiento en los ciudadanos, siempre y cuando la gente confíe en los líderes públicos y también tenga confianza en que las iniciativas son beneficiosas para ellos.” Comenta Paul Tucker, el Fiscal del Condado de Essex, responsable de supervisar la fiscalización de casos criminales en dicha jurisdicción.
Muchos factores afectan el bienestar de una persona, tanto directa como indirectamente. El precio de la gasolina, la omnipresente bolsa de valores con sus cambios repentinos en las acciones de las empresas cotizadas y la influencia de las temporadas de campañas presidenciales en los estados de ánimo de la población son solo algunos. Por lo tanto, crear y mantener relaciones positivas con los demás, ya sean profesionales, amistades o románticas, requiere la capacidad de juzgar y gestionar información que no es tan directa u obvia a simple vista, con atención.
Entender nuestra naturaleza humana con pragmatismo y darnos cuenta de que somos mucho más viscerales de lo que pensábamos y menos racionales de lo que pretendemos ser. Contextualizándolo con vivir en una economía de mercado, en un mundo globalizado donde la información viaja a la velocidad de la luz y las barreras geográficas se han minimizado. Así que, hay poder en entender nuestra realidad en lugar de vivir en un espejismo, donde muchos pueden ver quién pretendemos ser y pocos ven quiénes somos realmente, como dice Niccolò Machiavelli en “El Príncipe.”
Considerando que la verdad precede a la justicia, una reverenda de Boston que proporcionó perspectivas sobre el tema del poder y la innovación en curso, pero pidió anonimato declaró: “Desde mi perspectiva sobre el liderazgo en un ministerio con las personas sin hogar y no tanto como innovadora. Desmantelar los sistemas tradicionales que mantienen a las personas oprimidas y desposeídas es esencial para nuestro bienestar colectivo y para la restauración de toda la humanidad. Creo en la teoría de Ubuntu, ‘Yo soy porque nosotros somos’. Describe la necesidad de nuestra interconexión. Cada vez que nos comprometemos a interrumpir o desmantelar sistemas tradicionales opresivos, creo que arriesgamos todo.
Para algunos, los riesgos involucrados son el ego, la reputación, la seguridad y, a veces, incluso la vida misma. Esas cosas pueden considerarse una ‘desventaja’ de interrumpir o desmantelar sistemas tradicionales o industrias, pero también podrían considerarse nuestro deber moral en la vida. Depende de la perspectiva de uno.” Como dijo Maya Angelou, “El coraje es la más importante de todas las virtudes porque, sin coraje, no puedes practicar ninguna otra virtud de manera consistente.”
Podemos concluir que nos encontramos en un punto peculiar de la historia. Un momento en el tiempo donde los valores adversariales reinan abiertamente, con dos guerras importantes en curso, la guerra Rusia-Ucrania y el conflicto israelí-palestino. El estado actual de las cosas es la supervivencia del más apto. Nuestros contratos sociales para mantener el orden y la justicia han sido violados. Si no tienes la destreza o el conocimiento para abogar por ti mismo o defender tu mejor interés para prevalecer en una disputa cuando surja, estás condenado.
Se ha vuelto más difícil encontrar personas con los valores e ideales que guían hacia la camaradería y la equidad. Parecemos creer que podremos vivir individualmente en paz mientras las vidas de quienes nos rodean están en caos. Tal vez deberíamos empezar a acatar el poder del amor—el que, según mi abuela, Teolinda Feliz, le ha ayudado a promover la transitividad en las relaciones interpersonales de una familia que está geográficamente dispersa entre Santo Domingo, República Dominicana, San Juan, Puerto Rico, y Massachusetts, EE. UU. Vivimos en una época donde las personas quieren cultivar el poder no para el mejoramiento de la humanidad, más queriendo mantenerlo a toda costa.
Tomi Michel es columnista de Rumbo. Puede contactarlo en tomi@michelpublicrelations.com.
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