“Los gobernantes ven por medio de sus espías, como una vaca ve a través de su olfato; los brahmanes, a través de las Escrituras, y el resto de los hombres a través de los ojos”, Kautilya, filósofo Indio. 111 a.C.
El padre de la Sociología Dominicana, Prof. Juan Bosch y Gaviño decía con frecuencia, que en política hay cosas que se ven y cosas que no se ven y las que no se ven son más grandes que las que se pueden ver. Nuestro análisis se enrumba por este camino, entonces podemos decir que los factores que se dieron en la derrota Sr. Lantigua, hay elementos visibles y factores que no se vieron durante el reciente torneo comicial.
Podemos señalar que entre las acciones palpables que dejaron un sabor amargo, fue esa la lucha casi fratricida con los medios de comunicación escrito, no radicado en Lawrence, cuyo enfrentamiento hizo que varias cabezas rodaran y al mismo tiempo afectó hacia fuera la imagen de Lawrence, porque dimensionaron los males a grado tal que pintaron a Lawrence como la ciudad más aciaga de esta Nación. Esto afectó mucho su gestión.
Otro signo visible fue el vuelco que para algunos tuvo su imagen, de un hombre humilde, a uno que el cargo le transformó, me temo que para esto se dieron varias lecturas, algunas equivocadas de parte de sus más allegados, que si bien es cierto que usted no es un anacoreta, pero mucho menos fue saludable dimensionarlo hasta la estatura de un demiurgo. Me temo que ese hecho hizo mucho daño a su imagen de hombre-pueblo.
Otra lectura, fue la percepción de desafío a los viejos robles del Partido, haciendo ostentación de fuerza electoral decisiva, todavía están vivas esas palabras cual oráculo, usted no pasara y así suceder, o apoyar a un candidato que pierde en su propia demarcación, pero gana por los votos en Lawrence. Tal desafío conllevó una respuesta que no se ve, pero fue devastadora, se considera “voto de castigo” ya que fue notable el cambio de ánimo en algunos líderes del Partido en lo referente a su candidatura.
Otro aspecto digno de tomar en cuenta, dentro de los tópicos que no se ven, se cuenta de la visita que le girara un pastor evangélico, con ocho puntos. Tengo que admitir que me sorprendió la sagacidad política de dicho ministro Cristiano, porque lo que le presentó no fue una táctica política, sino una verdadera estrategia post-convención, donde los pruritos políticos no entran sino los lances más arriesgados. Me enfocaré en dos de esos puntos, porque entiendo que fueron nodales, y es posible que los mismos no fueran atendidos. Uno era el trabajo de campo en las áreas ciegas, es decir en las áreas donde usted no era puntero y se libraba una lucha encarnizada. Se rumora que usted entendió que esas áreas estaban perdidas y no había oportunidades en ellas, pero la propuesta formulada era lanzar una ofensiva precisamente en esas zonas, es decir en los Distritos E y F. En el E, la ventaja sobre usted fue de mil cuatrocientos seis votos y en el F, fue de cuatrocientos cincuenta y cinco votos la diferencia. Si observamos que el universo de sufragios fue de quince mil doscientos sesenta y ocho votos, en tal universo, esas cifras fueron sencillamente astronómicas.
Otro factor para tomar en cuenta qué contribuyó a la derrota fue que cuando usted llegó a su “techo”, entró en un proceso de declive, no en el sur sino en el norte, es decir en su propio bastión, por eso pierde el distrito A, por un margen estrecho de diez y siete votos, pero que permitió que la correlación de fuerzas se equilibrara. De ahí se desprenden dos lecturas interesantes.
Primero, al perder el Distrito A, en forma tan estrecha fue signo de que el voto de confianza de la ciudadanía se convirtió en dígitos para que la tasa de rechazo aumentara, no tan solo por el desgate natural del ejercicio del poder, sino por tener tantos frentes abiertos, los cuales dieron como resultado incertidumbre y nerviosismo en la población adulta.
Segundo es muy probable que el enfoque de su temática electoral fuera dirigida a esa población adulta y se descuidara la nueva fuerza electoral de jóvenes que votaron por primera vez, las cuales no se inclinaron a votar por usted, tal vez porque no caló en ellos su oferta electoral.
Y por último el punto número ocho presentado por el Ministro Cristiano, el cual encerraba desprendimiento, alianza y sentarse a la mesa de negociación, para “fumar la pipa de la paz”. Se rumoró que usted estaba dispuesto a perder que a dar ese paso, de ser así, fue una respuesta visceral. Ese encuentro le sumaria los votos que les faltaban y le aportaba mucho más para ganar en forma holgada, por eso cuando la derrota mostró sus fauces, para muchos fue una sorpresa, pero no para otros, pues ya la esperaban.
Entiendo que usted es un ente activo dentro de la política nuestra, por ende no permitirá que lo coloquen como un jarrón chino, en una esquina, sino que volverá al ruedo electoral. No he conversado con usted, por ende es solo una premonición, creo que usted terciará por la Representación Estatal por el Distrito 16, nueva vez, si me equivoco y no es así, perfecto, pero si tengo razón en ello, sería bueno que lo pensara dos veces, porque “La persona que va demasiado lejos en sus triunfos genera una reacción que de manera inevitable conduce a la decadencia o la caída”, (Ley #29, de las 48 Leyes del Poder).
Sr. Lantigua, permítame sugerirle, sin ánimo de diatribas, usted tiene prendas humanas que son muy altas, las cuales hablan muy bien de usted, sobre todo la de poseer sensibilidad social, retómela con más ahínco y su futuro político será más que promisorio.
Con afectos sinceros,
Padre Joel Almonó