Acabamos de celebrar un mes entero de actividades relacionadas con la herencia hispana desde el 15 de setiembre hasta el 15 de octubre. En todos los Estados Unidos, empresas sostienen charlas, presentaciones y eventos divertidos a la vez que educacionales para sus empleados y el público en general.
Este es el momento que la atención del país es dirigida a los roles positivos y los logros de los latinoamericanos. Aparte de este mes, los medios de comunicaciones y el público en general parecen estar fijados en todo lo opuesto. Ya sea la protección de la frontera o los inmigrantes indocumentados, y localmente, el desastre por el que estamos atravesando en Andover, North Andover y Lawrence debido a los incendios producidos por las explosiones de gas, rara vez escuchamos o leemos una historia tratando con nuestros éxitos.
Por eso nos parece que la Feria Internacional del Libro que acaba de terminar este pasado domingo 21, vino a llenar ese vacío. Dedicada a la hermosa Isla de Puerto Rico, su gente y sus costumbres, el libro con el programa relata los éxitos que han tenido los puertorriqueños en este país, que no solo ha abierto sus puertas a ellos, que es su país, sino a millones de latinoamericanos sin excepción.
“¡Río Grande de Loíza!… Río grande. Llanto grande. El más grande de todos nuestros llantos isleños, si no fuera más grande el que de mí se sale por los ojos del alma para mi esclavo pueblo”, dice Julia de Burgos, que recibiera un homenaje póstumo, en uno de sus más famosos poemas donde ya muestra sus ideales para con la isla.
Entre los homenajeados la noche de apertura, nos place enormemente ver que entre ellos, se destacaban Ethel Cruz, Carlos Espéndez y Jorge Arce. Qué decir de Jorge. La memoria no nos alcanza para recordar el tiempo que hace que nos conocemos, pero sí recordamos que tuvimos un encuentro casual, precisamente en San Juan, cuando filmábamos un video sobre el 500 aniversario del descubrimiento de Puerto Rico. Hoy, estamos más viejos, pero él no ha perdido un ápice de su energía musical.
Todo este éxito no ha sido casualidad ni suerte. Lo cierto es que durante los últimos 50 años, hemos logrado un avance nunca antes visto y en nuestra opinión, se debe a que este país nos ha abierto sus puertas a las oportunidades para ese progreso.
Nuestros colegios y universidades continúan graduando a estudiantes de habla española todos los años que luego pasan a estar al frente de grandes corporaciones y ocupan lugares de alto nivel en el comercio e industria, así como la política mientras que son ejemplos para nuestros jóvenes.
Vamos a mantener esa imagen de éxito en mente mientras que lidiamos con la negatividad. Nuestras contribuciones no deben ser señaladas solamente un mes en todo el año.
¡Que viva la hispanidad y que viva América!