Por Dalia Diaz
A veces, los políticos no se postulan para el cargo por dinero, sino por los contactos potenciales que pueden hacer y la influencia que pueden tener o ejercer sobre los demás.
Teniendo en cuenta que Lawrence mide menos de 7 millas cuadradas, uno puede pensar que la ciudad es fácilmente manejable y controlada, ¡pero no! Los residentes se mantienen ignorantes de la forma en que funciona la ciudad y los pocos que intentan hacer preguntas, se les hace pasar las mil y quinientas teniendo que insistir para obtener lo que habían pedido.
A través de los canales apropiados, solicité los documentos en virtud de la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) sobre las propiedades de la Concejala del Distrito B Estela Reyes, que muestran los últimos tres años de pagos de impuestos a la propiedad. Después de enviar un recordatorio de su vencimiento, tardaron un mes en enviarlos. Las solicitudes bajo un FOIA deben ser entregadas en el término de 10 días hábiles.
El propósito era verificar el estado del pago de sus propiedades y el plan de pago que ella había mencionado para pagar por los atrasos. Lo que muestran fue interesante, por cierto.
El plan de pago para los impuestos sobre bienes inmuebles en mora se estableció el 1 de noviembre de 2018 para permitir que los impuestos, los intereses y los cargos atrasados se paguen a plazos. Lo suficientemente justo para que se aplique por igual a todos los residentes. Siga leyendo.
La Concejala Reyes acordó realizar pagos regulares de $1,283.71 a más tardar el día 15 de cada mes durante 12 meses para satisfacer los atrasos por un monto de $12,744.32.
Esos pagos deben hacerse mientras que “los impuestos futuros/cargos de alcantarillado/recolección de residuos deben pagarse en su totalidad cuando dichos montos vencen y sean pagaderos o los términos de este acuerdo serán nulos”.
Eso significa que omitir pagos en otras propiedades anularía el plan de pago.
Mientras se encuentra en un plan de pago, “la Ciudad se compromete a no negar, revocar o suspender las licencias y permisos locales…”
“Además, en consideración de realizar pagos completos y oportunos, la Tesorera acepta no presentar una petición para ejecutar la hipoteca del título de retención de impuestos en el Tribunal de Tierras”. Pero si el Contribuyente no realiza los pagos es necesario y está en incumplimiento de pago, la Ciudad puede proceder a cobrar impuestos, intereses y cargos de cualquier manera posible.
Estas son las propiedades que son propiedad de la Concejala Reyes o sus asociados:
Dirección tasación imponible
36 E Haverhill St. (su casa) $453,100
73 – 75 Abbott St. $497,200
1 – 7 Lea St. $513,900
173 – 175 Haverhill St. $271,900
92 Oak St. (terreno) $3,400
Las tres primeras propiedades siempre se pagaron a tiempo, pero 173 – 175 Haverhill St. muestra que desde que lo compró en 2014, no realizó ningún pago de impuestos. Para el 1ro de diciembre de 2017, la Ciudad decidió imponer un derecho de retención sobre ese edificio y se le otorgó un plan de pago de $408 por mes.
La Concejala Reyes realizó un pago de $408 el 8/30, 10/4 y 12/16 durante el 2017. Luego, en 2018, los pagos fueron el 1/5, 2/2, 6/5, 7/16 y 9/13. Como podemos ver, ella no estaba cumpliendo con los términos del plan de hacer pagos mensuales.
En lugar de tomar posesión de la propiedad, la Ciudad le dio otro plan de pago y eliminó el anterior; esta vez pagando $1,283.71. Me pregunto si a algún otro residente se le ha otorgado tal cortesía.
Curiosamente, el registro que me enviaron no incluye el 2019 como se ve en las otras propiedades y hay dudas de si enumera otro gravamen, ya que se supone que la Ciudad debe ingresar cada vez que otorgue un plan de pago.
La Concejal Estela Reyes ha mostrado un total desprecio por sus responsabilidades como contribuyente que confía en que su estatus e influencia la pondrán por encima de todos nosotros. Los registros muestran que ha tenido gravámenes colocados el 8/27/2001 en 73 – 75 Abbott St.; el 12/1/2017 en 173 – 175 Haverhill St.; el 3/16/2018 en 73-75 Abbott St.; y el 7/20/2018 en 36 E Haverhill St.
Con ese registro de pagos, la Ciudad debería haber tomado posesión de la monstruosidad en Haverhill St. y haberla demolido. Probablemente, ella esperaba que las renovaciones de la Escuela OIiver comenzaran hace mucho tiempo y ya habría hecho un paquete vendiendo ese edificio a la ciudad.
Eso es lo que me molesta de los políticos: no se avergüenzan de que los medios publiquen sus malas acciones porque no tienen vergüenza. No buscan el salario anual de $15,000 por servir en el Concejo Municipal, sino los favores políticos y las ganancias financieras, como lo que ella ha estado recibiendo.