La Cámara de Representantes de Massachusetts acaba de anunciar el pasaje de dos legislaciones muy importantes: el tan esperado aumento del salario mínimo y el aumento de la ayuda humanitaria para las familias de empleados de seguridad pública que mueren en cumplimiento de su deber.
La belleza de esto último es que se aprobó con carácter retroactivo e incluye las familias del teniente Edward Walsh y el bombero Michael Kennedy que murieron luchando contra un incendio en la calle Beacon, Boston, la semana pasada y el oficial de policía de Plymouth Gregg Maloney, quien murió en la línea del deber el 1 de abril de 2014.
El aumento del salario mínimo no se aplicará de inmediato, pero en tres fases con el fin de equilibrar las necesidades de ambos, la empresa y el individuo. Por desgracia, aquellos que viven de cheque a cheque de pago tendrán que esperar hasta el 1 de julio 2016 para ver el fruto de este proyecto de ley.
En cuanto a las familias de los fallecidos en acto de servicio, cualquier incremento es más que justificado. Cuando todos huimos de un peligro, ellos caminan hacia él sin vacilar. No es sólo porque es su trabajo, es porque es su pasión. Ellos deciden rescatar a nuestras familias mientras que ponen la suya en peligro si no regresan. No hay dinero que pague por su sacrificio.