Mélix Bonilla, el acusado, sirvió al mismo tiempo como el único testigo de la defensa. Sería bombardeado por fuertes preguntas de la Fiscalía compuesta por un regimiento de 5-7 abogados y asistentes que durante la semana estuvieron en la sala. En las palabras que pronunciaría descansaba su futuro. Era trascendental que cada término fuera utilizado de manera concienzuda y clara para que no fuera en su contra. Tenía que hablar claro, preciso y apegado a la verdad.
Los cuestionamientos a Mélix Bonilla los inició su abogado defensor Alex Cain, y sus primeras preguntas se enfocaron en su historial y las relaciones de él (Bonilla) con el Jefe de la Policía John Romero y otros altos oficiales de la Policía de Lawrence.
“Mi experiencia como policía fue en Lawrence Housing Authority para posteriormente transferirme a la Policía de la Ciudad de Lawrence en 1999. Cuando el jefe Romero llegó a Lawrence las relaciones eran normales. Me le puse a su disposición. Me dijo que continuara haciendo lo que yo hacía. Estuve como encargado de la Unidad de Taxis por unos 10 años por asignación del Jefe Romero. En realidad el contacto con Romero era poco, a menos que hubiera un problema que necesitara su intervención”, dijo Bonilla.
“¿Y cómo llega usted a apoyar a Lantigua en la elección del 2009?”, preguntó el abogado Cain.
“Todo iba bien hasta que él se enteró que yo estaba apoyando a William Lantigua para la Alcaldía. Eso parece que le molestó. Después me enteré que él estaba explorando ser candidato a la alcaldía para la elección del 2009. El se distanció de mí. No me invitaba a las reuniones de altos oficiales. No me tomaba en cuenta para casi nada. No había mucha interacción. Nunca he sido disciplinado y nunca tuve una queja de nadie. El era mi jefe por lo que yo trataba de llevarme bien con él a pesar que me ignoraba”, dijo Bonilla al jurado de 9 mujeres y 5 hombres.
“¿Le hubiera dado usted el apoyo al Jefe Romero si él se hubiera lanzado como candidato a alcalde?” Preguntó Cain
“Claro que sí. Si él hubiera sido el candidato me hubiera integrado a su campaña”, respondió Bonilla.
Cain en seguido preguntó: “¿Cómo llega usted a convertirse en Jefe de Campaña de William Lantigua en la elección del 2009?”
“Fue a través de un relacionado de Lantigua que se me acercó y me pidió que dirigiera su campaña. Luego el mismo Lantigua me lo pidió. No éramos grandes amigos ni nada por el estilo, pero lo conocía y respetaba como una persona servicial, siempre preocupado por los asuntos que afectaban a la comunidad. Lo veía por todas partes en la ciudad y casi siempre era ayudando. Era un verdadero activista comunitario. Lantigua es una máquina política. En cuanto a campañas políticas es incansable. Lo veía haciendo de todo”, respondió Bonilla mientras el jurado y el juez escuchaban con atención. Algunos escribían en sus libretas.
“¿Aceptó usted ser el jefe de campaña de Lantigua?” preguntó Cain.
“Sí, señor”, respondió Bonilla sin titubear.
Ante el cuestionamiento de Cain, Bonilla dijo que él no esperaba nada de la administración del Alcalde Lantigua que le fuera a beneficiar a él. Dijo que él se sentía cómodo en la posición en que se encontraba. Y agregó: “Fue a principios de diciembre del 2009, no recuerdo la fecha exacta, que el Alcalde electo Lantigua me dijo que había una posición disponible y que creía que yo era un buen candidato para ocuparla”.
“¿De qué posición disponible le habló Lantigua?”
“La de Subjefe de la Policía”.
¿Y luego qué?, continuó Cain.
“Le dije que me dejara pensarlo. Acepté después de 3 pedidos y luego de hablar con mi esposa y amigos. Todos me recomendaron aceptar la posición y verla como un nuevo desafío”.
“¿Quién era el subjefe entonces?” preguntó Cain.
“Michael Driscoll”, respondió Bonilla.
Cain preguntó a Bonilla si el Jefe John Romero y otros altos oficiales asistieron a la juramentación privada como Subjefe de la Policía llevada a cabo en la Alcaldía.
“No, señor”, respondió.
Más tarde, en su turno, el abogado Michael Shaheen le mostró una foto a Bonilla y le pidió que dijera de qué era esa foto y quiénes aparecían en ella.
“Esta es la segunda ceremonia en el lobby del City Hall, tras mi juramentación. Aquí aparecen la activista Isabel Meléndez, el Alcalde Lantigua, el Jefe John Romero, mi esposa y yo”, dijo Bonilla.
“Pero anteriormente usted dijo que el Jefe Romero no asistió a la ceremonia de juramentación. Esta foto muestra que sí él estuvo”, dijo Sheehan.
“Repito Señor, esta es la segunda ceremonia que estuvo abierta a la prensa y al público en general en el lobby del City Hall. Yo me refería a la ceremonia que fue en la oficina del Alcalde Lantigua y donde estuve acompañado de mi esposa. Ahí el Jefe Romero no estuvo”, recalcó Bonilla.
“Después de esa ceremonia, regresé a la estación de policía y seguí a la oficina del Jefe Romero. Allí le dije que venía de juramentarme y le pedí mi nueva placa. No hubo palabras de felicitaciones. No hubo nada, excepto un ‘ahí tienes’, cuando me tiró la placa en un escritorio y tuve que agarrarla con las dos manos cuando iba directo al suelo. Acto seguido me dio la espalda”, continuó Bonilla.
Ante el cuestionamiento de la Fiscalía, Bonilla dijo que él estaba consciente de los problemas financieros existentes en la Ciudad y el Departamento de Policía. Dijo que la flotilla de patrullas de la Policía estaba en malas condiciones con pocos carros disponibles para el patrullaje de las calles.
Agregó que ésa fue la razón por la cual él tomó la iniciativa de hacer algo para mejorar la situación. El testificó que una manera de ayudar a mejorar la situación era intercambiando vehículos incautados, la mayoría en malas condiciones, por mejores vehículos. “Yo quería encontrar maneras de cortar los costos, ahorrar dinero”, testificó Bonilla.
Bonilla reiteró que él se reunió en varias ocasiones con el Jefe Romero y el Capitán Roy Vasque para discutir los detalles del intercambio de vehículos con Santo Domingo Motors. “Siempre los mantuve informados. Nada estuvo oculto. Ellos jamás mostraron preocupación por el acuerdo”, dijo Bonilla.
Bonilla dijo al jurado de 9 mujeres y 5 hombres que él fue a hablar con Abelardo Peña acerca del intercambio de carros, no porque había apoyado a Lantigua, sino porque sabía que él era un reconocido hombre de negocios de mucho tiempo en la ciudad y él escuchaba sus anuncios constantemente en la radio hispana por lo que decidió contactarlo.
Después que Peña entregó los 4 Chevrolet Impalas a la Policía en la parte trasera de la estación, Bonilla dijo que los vehículos fueron luego llevados al parqueo de la estación de autobuses Buckley, a unos dos bloques de la estación de Policía. Agregó que Romero caminó con él al garaje donde se los mostró, los revisó y dio su visto bueno.
Bonilla dijo que Romero lo felicitó y le dijo “good job” (buen trabajo) y luego regresaron juntos caminando a la estación de policía. Bonilla dijo que se sintió muy bien con el halago de Romero.
Dijo que se equivocó porque Romero “siguió muy frío” con él, y lo trataba muy mal. “Me trataba peor que nunca”, dijo Bonilla.
Bonilla testificó que el Capitán Vasque comenzó a cambiar con él cuando le negó dos propuestas para que los vehículos incautados de la policía fueran negociados como hiciera con Robert Sheehan, propietario de Sheehan’s Towing de Methuen y con el patrullero de la Policía Estatal Brian McAnally, ambos amigos del Capitán Vasque.
Bonilla dijo al Capitán Vasque que un acuerdo así crearía una mala impresión de choque de intereses porque Sheehan hacía otros negocios con la ciudad como el remolque de vehículos mientras que el oficial Murphy también era policía, y ambos eran amigos cercanos del Capitán Vasque.
Bonilla negó a la Fiscalía que él haya amenazado o intimidado a Jay Jackson, jefe de la Policía Auxiliar. “Nunca en mi vida yo haría eso a nadie”, testificó Bonilla.
Bajo un cuestionamiento cruzado de abogados de la defensa y la parte acusadora, el abogado Michael Sheehan, le dijo a Bonilla que él, como Subjefe de la Policía, tenía la autoridad de disciplinar a Jackson. “No señor, dijo Bonilla, el Alcalde es el único que tiene la autoridad para despedir a Jackson o cualquier otro oficial”.
Bonilla dijo que consideraba a Jackson como un gran amigo, alguien de mucha confianza con quien regularmente almorzaba en su oficina. Bonilla dijo que mutuamente se preocupaban por sus familias. Agregó que incluso asistió al funeral de su madre y se le puso a las órdenes en lo que necesitara.
Regresa el Capitán Vasque
Tras la conclusión del testimonio de Bonilla, la Fiscalía solicitó al Juez Timothy Feeley el regreso del Capitán Roy Vasque al estrado como “rebuttal witness” o “testigo refutante” para contrarrestar algunos puntos emitidos por Bonilla. La solicitud fue concedida. Dos preguntas fueron suficientes de ambos abogados para que el Juez Feeley despidiera y diera las gracias a Vasque.
Las Deliberaciones del Jurado
Es tiempo de que el jurado decida el futuro de Mélix Bonilla. Después de las orientaciones finales del Juez Feeley, el jurado sale y se reúne en una sala separada a puerta cerrada.
Tras la eliminación de los cargos de conspiración y robo por más de $250, Bonilla todavía enfrentaba los cargos de extorsión, fraude y violación de las leyes procurrentes sobre compras y adquisiciones municipales (procurement laws). Sólo el cargo de extorsión conlleva en Massachusetts una condena máxima de 15 años de prisión.
Pasan las primeras horas. Una, dos, tres, cuatro, cinco… La desperación comienza a adueñarse del ambiente. Hay que hacer algo para disimular que no miramos el reloj y que no nos importaba la espera. Algunos van al baño aunque realmente “no tienen ganas”; otros van a Dunkin Donuts, no porque es su favorito, sino porque es el más cercano (en la corte no hay cafetería pública). Otros bajan y suben en el elevador sin destino aparente.
Las especulaciones de ambos lados, la defensa “en su esquina” del largo pasillo del quinto piso de este majestuoso edificio judicial, y en la otra esquina Mélix Bonilla y su defensa, el abogado Cain.
Todos tienen su propia explicación. Su teoría basada en la experiencia. “Esto es una buena señal de que han escuchado y leído bien los argumentos y las evidencias. No están apresurados en alcanzar un veredicto sino en hacer justicia. Y eso es bueno para ti”, comentó Cain a Bonilla mientras le daba una palmadita en el hombro.
El Veredicto
Son cerca de as 3:30pm. Finalmente sale “la clerk” e invita a las partes a pasar. Ya hay un veredicto. Ya previamente se había seleccionado por lotería a la persona del jurado que serviría como “foreperson” o persona encargada de dirigir las deliberaciones y hacer público su veredicto.
Secretaria: “Persona Encargada, ¿cuál es su decisión en el caso 2012-896-001 que acusa al Sr. Mélix Bonilla del uso ilegal de una posición oficial? ¿Es el acusado culpable o no culpable?”
Jurado Encargada: “No culpable.”
Clerk: “Damas y caballeros del jurado, de acuerdo a su veredicto y tal y como esta corte lo ha registrado en sus archivos, ustedes han jurado bajo juramento para decir que el acusado Mélix Bonilla ha sido encontrado ‘no culpable’ del cargo número 2012-896-001, del uso ilegal de una posición oficial, si es así, entonces, miembros del jurado, díganlo todos.”
Todo el Jurado: “No culpable.”
Secretaria: “Persona Encargada, ¿cuál es su decisión en la pieza 2012-896-003 que acusa al Sr. Mélix Bonilla de extorsión o intento de extorsión? ¿Es el acusado culpable o no culpable?”
Jurado Encargada: “No culpable.”
Clerk: “Damas y caballeros del jurado, de acuerdo a su veredicto y tal y como esta corte lo ha registrado en sus archivos, ustedes han jurado bajo juramento para decir que el acusado Mélix Bonilla ha sido encontrado ‘no culpable’ del cargo número 2012-896-003, acusándolo de extorsión o intento de extorsión, si es así, entonces, miembros del jurado, díganlo todos.”
Todo el Jurado: “No culpable.”
Secretaria: “Persona Encargada, ¿cuál es su decisión en la pieza 2012-896-005 que acusa al Sr. Mélix Bonilla de tratar de violar las leyes estatales de compras y adquisiciones municipales? ¿Es el acusado culpable o no culpable?”
Jurado Encargada: “No culpable.”
Clerk: “Damas y caballeros del jurado, de acuerdo a su veredicto y tal y como esta corte lo ha registrado en sus archivos, ustedes han jurado bajo juramento para decir que el acusado Mélix Bonilla ha sido encontrado ‘no culpable’ del cargo número 2012-896-005, acusándolo de violar las leyes estatales de compras y adquisiciones municipales, si es así, entonces, miembros del jurado, díganlo todos.
Todo el Jurado: “No culpable.”
Secretaria: “El veredicto está listo para ser archivado en esta corte, su Señoría.”
Juez Feeley: “El veredicto puede ser archivado.”
Secretaria: “El jurado ha llegado al veredicto de ‘no culpable’ en todos estos cargos por lo tanto usted está libre y puede regresar a su vida normal.
Tras el emocionante veredicto de “no culpable”, Bonilla se abrazó a su abogado, su amigo Arismendy y a este reportero atrapado por una hermosa mezcla de sentimientos sólo visibles por las abundantes lágrimas que rodaban por su rostro.
De inmediato, Mélix se les acercó a dos abogados de la Fiscalía. Les dio un apretón de manos y les pidió, aún envuelto en lágrimas, que él siempre les dijo la verdad y que, por favor, le dejen tranquilo porque él jamás haría nada ilegal o que haga daño a otros. “Yo soy un buen hombre… yo soy un buen hombre”, terminó diciendo Bonilla mientras los abogados de la Fiscalía salían y le deseaban lo mejor para él y su familia.