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Desafió de la nueva cosmología a las religiones.
Ha cambiado la imagen de la naturaleza.
Por Tomás Núñez. ThD
En primer lugar, la ciencia actual nos advierte que ha declarado obsoleto el concepto tradicional de “materia” como algo petrificado, estéril, pasivo…. La ganga de la realidad. Esa materia no existe. La materia real es otra cosa.
La materia es energía. Y materia y energía son convertibles. La materia no existe, es energía, en uno de sus estados. La materia es energía sutilísima, que tiende espontáneamente a la complejidad, a la autoorganización, a la sensibilidad, a la conciencia, al espíritu. Solamente necesita que se den las condiciones necesarias…- No estamos por tanto montados en una roca volante, errante por el espacio… Ni este mundo es una colección de «cosas», ni las cosas materiales son lasrei extensa de Descartes… La naturaleza es más bien una realidad sistémica, un sistema de sistemas, el todo relacionado con todo en todas sus partes. – Ya no nos es posible aceptar la existencia de un «segundo piso» superior, o sobrenatural, en el que morarían los dioses y las fuerzas que gobiernan este mundo… ni un piso «inferior» en el que estarían confinados los espíritus del mal… o al que incluso iríamos nosotros tras la muerte para pagar por nuestros pecados. Lo que nuestros ancestros quisieron expresar con aquellos símbolos no puede ser algo diferente, ni estar separado, ni estar localizado en un segundo piso superior, sino «en este mismo único piso» de la realidad. No hay «metafísica ontológica» (la ciencia nos ha llevado a una cultura post-metafísica), aunque tampoco necesitamos caer en la crasa visión materialista reduccionista.- No resulta ya aceptable una calificación religiosa a priori negativa de la materia (como «pecaminosa») y de todo lo que con ella se relaciona(carne, instinto, sexo, placer, cuerpo, mundo, mundanidad…).- Ya no podemos aceptar aquel supuesto mitológico de un «pecado original» primigenio que habría contaminado ancestralmente a toda la humanidad y aun a toda la realidad cósmica… En el origen de todo no puede haber un pecado original, sino una gracia original.
Esta vida no puede ser sólo una ilusión pasajera, una simple «prueba moral» en función de otra vida, la verdadera y definitiva, la de más allá de la muerte, a la que un Creador nos habría destinado bajo la condición de pasar primero una prueba moral en esta vida temporal… El esquema de este «gran relato explicativo salvífico» nos resulta admirable, por su genialidad, pero a la vez, increíble, insostenible en sí mismo. Las religiones de «salvación eterna» necesitan con urgencia dar nuevamente razón de sí mismas en el contexto de la visión actual, o tal vez reinventarse.- A la luz de lo que nos dice la ciencia, hoy ya no podemos pensarla naturaleza (la Tierra y el Cosmos todo) como un mero «escenario para la historia humana», como nos dijeron las religiones: Dios habría creado todo esto simplemente para construir un escenario en el que se pudiera desarrollar el drama de la historia de la salvación (humana), que sería lo único importante que estaría sucediendo en el planeta y aun en el cosmos…La visión científica actual ya no nos da pie para que podamos pensar que somos la razón de ser del cosmos, ni que el drama histórico humano sea lo que supuestamente motivó a Dios a «crear el mundo», ni que lo humanos sea «la medida de todas las cosas», humanas y divinas. Hoy día, a la luz de la visión amplia que la ciencia actual nos posibilita, nuestro natural y espontáneo y casi inevitable «antropocentrismo» nos ruboriza…: ha de ser superado y erradicado, porque no solo es falso, sino que además nos hace daño a nosotros y al planeta.
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