Desintoxicación mental Por Dr. Tomás Núñez

Desintoxicación mental

Por Dr. Tomás Núñez

La mente tiene tres mecanismos para liberarse y desintoxicarse.

Primero, mediante la solución de problema; segundo, a través de la reflexión y tercero, mediante el servicio. Aunque la mente generalmente busca olvidar, se engaña permanentemente, y utiliza la evasión o el aislamiento, estos mecanismos no desintoxican; por el contrario, profundizan el tóxico en el interior.

El primer mecanismo, la solución del problema, hace que un individuo solucione algo que inquiete su mente, incluso hasta un grado obsesivo. La solución puede ir desde intentar recordar algo, o resolver algún problema matemático o un acertijo. En cualquier caso, cuando la mente divaga hasta cansarse sin encontrar la respuesta, puede presentarse fatiga, tensión y sobrecarga, que solo liberarán hasta que se encuentre la solución. A la mente le gusta conquistar, triunfar y vencer; entonces, cualquier problema puede ser tomado como un reto y resolverlo es suficiente para quitar el malestar.

La segunda forma de desintoxicación es la reflexión. Esta es una actividad mental consciente que busca conceptos relacionales de nuevas maneras para actuar de alguna manera específica o alcanzar nuevas conclusiones. Así, este mecanismo natural puede ayudar a desintoxicar la mente cuando esté sobre cargada.

La tercera forma, la más importante, es a través del servicio.

La mente puede sanar el dolor y retirar en gran medida la toxicidad, mediante una actitud real y desinteresada de servicio. Es renunciar a su propio bienestar para evitar que otros sufran. Generalmente, a esta persona ya no le importan sus dificultades, ni si quiera las que conllevan peligro, no aspira a encontrar soluciones para sí misma, no por resignación, sino porque la atención está puesta en solucionar las dificultades de otros. Entonces, hace sus tareas al máximo, renuncia al presente y trabaja para el futuro que se da por hecho, aunque no esté para disfrutarlo. Es la persona que inicia una fundación, se da por completo al amparo y protección de los demás, se vuelve auxiliadora y se dedica a servir.

Es bueno decir que, si se vive un impacto mental severo y es contenido adecuadamente por los cercanos o por terapeutas, esta persona nunca llegará a sufrir una toxicidad mental importante ni sus efectos, pues elaborará su duelo de manera adecuada y, a pesar de que tenga dolor emocional, podrá superar su sufrimiento de manera óptima.

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