El Cerebro, evolución y funcionamiento Por Tomás Núñez, ThD

El Cerebro, evolución y funcionamiento
Por Tomás Núñez, ThD
Desde que se descubrió la verdadera importancia del cerebro su estudio ha
estado avanzando a pasos agigantados. Para este articulo intentaré dar una visión
actualizada del conocimiento sobre este órgano en cuanto a funcionamiento y
capacidades.
El cerebro humano moderno es el resultado de la evolución, relativamente
rápida y constante, desde los primeros homínidos hasta el Homo sapiens sapiens.
Se ha podido corroborar que esta evolución ha estado favorecida por otros
avances de partes corporales entre las que destacan el pulgar oponible (prensible) y el
bipedismo.
En la antigüedad los científicos habían divagado sobre las funciones que
desarrollaba este órgano, pero en la actualidad, mediante técnicas como la tomografía
computacional o el electroencefalograma ese puede conocer mejor su estructura y
dinámica. Este estudio minucioso del sistema nervioso también ha permitido conocer
más sobre la unidad funcional y estructural del mismo: la neurona.
Estas células (las neuronas) tienen la capacidad de generar y transmitir impulsos
eléctricos a otras de la misma tipología mediante la secreción de neurotransmisores en
un contacto llamado sinapsis. Las drogas hacen variar el equilibrio químico de las
uniones sinápticas.
El cerebro desarrolla diversas actividades de cierta complejidad: entre estas
funciones destacan la memoria, el lenguaje, el habla, la praxia, la gnosia y la
inteligencia.
Hoy en día el estudio del cerebro continúa siendo muy activo debido a la
complejidad del órgano y, aunque se tiene una visión amplia del papel del mismo
dentro del organismo, aún nos quedan muchas incógnitas por resolver.
El cerebro humano tal y como lo conocemos actualmente ha sufrido un proceso
de evolución de 2.5 millones de años desde nuestro ancestro más primitivo. Se
considera que empezó a aumentar notablemente de tamaño en el Australopitecus
africanus – posible predecesor de nuestro género con un volumen cerebral de
aproximadamente 500 centímetros cúbicos – y lo hizo a un ritmo estimado de 150.000
neuronas por generación.
Pese a tener una estatura similar a la del chimpancé, los cerebros de estos
individuos empezaron a presentar volúmenes encefálicos significativamente superiores.
Por su parte, los primeros miembros del género Homo mostraban una mediana de 700

centímetros cuadrados y evolucionaron de manera gradual y casi lineal – sin baches –
hasta llegar a los 1.400 centímetros cúbicos del Homo sapiens actual.
A lo largo de nuestra evolución las mejoras en el cerebro y el cuerpo se han
complementado recíprocamente: cuando una avanzaba, ésta impulsaba la mejora de la
otra siguiendo un ciclo de retroalimentación positiva. De esta manera, ponerse de pie
fue uno de los primeros hechos trascendentales de la humanidad y está constatado
que esto sucedió antes de la aparición de los pulgares prensiles, la habilidad de
fabricar herramientas o el desarrollo del lenguaje.

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