Importancia del silencio para el cerebro.
Dr. Tomás Núñez
Hoy en día, tenemos ruido a nuestro alrededor casi todo el tiempo, vivimos con la música, la radio, la televisión y los ruidos provocados por las personas y los carros todos los días. No nos damos cuenta de la importancia del silencio para el cerebro y lo perjudicial que es el ruido.
Las ondas del sonido provocan vibraciones en los pequeños huesos del oído, los cuales transmiten el movimiento a la cóclea, donde esas vibraciones se convierten en señales eléctricas que llegan hasta el cerebro. El problema radica en que nuestro cuerpo está programado para reaccionar de manera inmediata ante esas señales, incluso en medio de un sueño profundo. Por eso, el ruido provoca una activación de la amígdala, la cual responde estimulando la producción de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que incrementan nuestro nivel de estrés y la presión arterial.
Hasta hace poco se creía que las neuronas no podían regenerarse y era inevitable la pérdida progresiva del número de neuronas. Pero recientemente, un grupo de investigadores alemanes del Research Center for Regenerative Therapies Dresden han descubierto que el silencio tiene un impacto enorme en el cerebro.
Estos científicos comprobaron que en el cerebro de los ratones que se quedaban en silencio durante dos horas cada día crecían nuevas células en el hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las emociones y el aprendizaje. Esto se puede extrapolar a los seres humanos, permanecer un tiempo por pequeño que sea en silencio puede ser muy beneficioso ya que nos ayuda a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los cambios.
Cuando el cuerpo descansa comienzan a desarrollarse otros procesos que complementan los que se realizan cuando estamos activos.
Lo que sucede básicamente es que se produce una especie de depuración. El cerebro evalúa la información y las experiencias a las que hemos estado expuestos a lo largo del día. Luego organiza e integra la información relevante y desecha lo que no es importante.
Este proceso es completamente inconsciente, pero produce efectos conscientes. Por eso sucede que a veces encontramos respuestas durante el sueño. O logramos ver las cosas desde un nuevo punto de vista, después de haber descansado algunas horas.
Lo interesante de todo esto es que un proceso similar también se produce cuando estamos en silencio. La ausencia de estímulos auditivos tiene casi el mismo efecto que el descanso. El silencio, por lo general, lleva a que pensemos en nosotros mismos y esto depura las emociones y reafirma la identidad.
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