La Columna de Audy
Brian De Peña, el Alcalde de Energía Nueva
En estos momentos la palabra “cambio” está muy de moda en el discurso político universal, y especialmente en el mundo Occidental. Con la elección del ex presidente de los Estados Unidos, el señor Donald Trump, se convirtió en el 45vo presidente electo de dicho país.
Se cerraba así un punto importante en la política estadounidense, ya que terminaba la presidencia del primer hombre de raza negra en llegar a la posición más alta de la política estadounidense y posiblemente del mundo: La Presidencia de los Estados Unidos de América, apoyado en un discurso donde la palabra “cambio” fue un eje fundamental de enorme ayuda al ex presidente Obama para llegar a la oficina oval.
El discurso penetró tanto en el alma de toda la nación, al punto de democráticamente poner a un presidente negro a gobernar los destinos de tan importante nación. Las ansias del cambio estaban vibrantes.
Lo mismo ocurrió en México, país que después de décadas de gobernanza casi unipartidista, niveles de corrupción insaciable, violencia ciudadana y un continuo declive del nivel de vida y de los servicios públicos de esa nación, la democracia se pone a merced de todo un pueblo y se elige al actual mandatario de ese país, Andrés Manuel López Obrador.
Si continuamos en el sur, vemos importantes “cambios” en Puerto Rico, Colombia recientemente, Bolivia, Argentina, Chile y en fin, gran parte de todo el continente. Honduras elige a una mujer como presidenta, y en Brasil se espera, de acuerdo a varios sondeos que el ex presidente Lula Da Silva volverá al poder.
De la Republica Dominicana también se puede decir mucho sobre la palabra cambio y su influencia en el electorado de ese país. Después de 20 años en el poder, el hoy partido de oposición PLD deja un país técnicamente en derrota por los altos niveles de corrupción administrativa, como pocas veces se habían visto en ese país. El actual presidente Luis Abinader con su claro mensaje de “cambio” convenció a la gran mayoría del electorado que definitivamente lo puso en el poder.
Hago este pequeño análisis a modo de introducción para explicar lo ocurrido en la Ciudad de Lawrence, lugar donde también se vivió la energía del cambio. Es sabido por todos los munícipes del área, que dicha ciudad a pesar de sus enormes encantos, no menos oportunidades que brinda a sus pobladores, y una historia de valores y crecimiento cultural extremadamente rica que se fomenta a través del tiempo, también es una ciudad con retos muy difíciles de enfrentar, donde la corrupción juega un papel fundamental.
Como residente de la Ciudad de Lowell, quizás muchos critiquen mis comentarios u opiniones que por este medio expreso sobre Lawrence. Sin embargo, mis vínculos con esta ciudad son extremadamente profundos. Excelentes amigos y familiares viven en la ciudad y por esa razón mis continuas visitas, aparte de ser empleado en una compañía con sucursales en dicha ciudad.
Gracias a ese vínculo y mis visitas continuas, me he dado cuenta que la palabra “cambio” en este caso es meritorio de observación. La conexión que ha establecido el señor Alcalde Brian De Peña con la comunidad, aunado a su excelente equipo de comunicación, encabezado por el respetado miembro de esta comunidad, el señor Néstor Castillo. El se ha dedicado a comunicar a la ciudad sobre todo asunto importante y en lo personal, nunca lo había visto en mis casi 30 años viviendo en el área.
Su información es verás y continua sobre los proyectos que diariamente se llevan a cabo bajo esta administración en toda la ciudad. Por otro lado, ver al alcalde diariamente supervisando los proyectos, tomándose fotos con los residentes, visitando escuelas, la biblioteca pública, centros asistenciales de salud, parques públicos, avenidas y todo un etcétera indica una conexión con la población poco vista en el pasado.
Recientemente se informó a la población de en un viaje a la República Dominicana, donde estableció algunos acuerdos, entro ellos con una institución académica de la isla para acreditar carreras técnicas tomadas en la República Dominicana y acreditarlas aquí después de un proceso académico. Dicho acuerdo beneficiará a un muy importante número de estudiantes del área que, por varias razones, principalmente de corte migratorio y costo, se les complican las cosas.
En fin, el discurso político agarra todo. Nos hemos acostumbrado a esa disyuntiva, al punto que ver a un funcionario público haciendo su trabajo y respondiendo a todo lo que prometió en campaña verlo como algo fuera de este mundo y de nuestra realidad.
La democracia es sin lugar a dudas el mejor sistema político con el cual contamos todos como humanidad. Sin embargo, de tan buena que es, abusamos de ella diariamente. Líderes como el alcalde Brian De Peña son un ejemplo de la gobernanza muy necesaria, especialmente en estos tiempos, donde la democracia presenta serios desafíos a nivel global.
Desde esta columna, y muy respetuosamente, expreso mi gratitud y sentimiento de esperanza, ya que el dicho que dice, “un mundo mejor es posible,” se puede hacer realidad al ver el trabajo de un líder comprometido con su comunidad.
Ojalá muchos, de aquí y de allá, sigan dicho ejemplo.
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