por José Alfonso García
Estoy seguro de que al leer el encabezado de este artículo, muchos de ustedes podrían imaginar de inmediato que he venido con esto para frotarlo o estrujárselo en la cara de algunos de sus más cercanos colaboradores, las muchas veces que nuestro Representante Estatal Marcos Devers, ha probado el polvo de la derrota en una campaña política. La más reciente no fue una excepción, por lo que sería muy interesante enumerar cada uno de sus fracasos en sus 20 años participando en cada elección, aunque este no sea, exactamente, el tema que mueve mi humilde opinión.
Permítanme entonces aprovechar la oportunidad para refrescar la memoria de algunos de sus amigos más cercanos, por haber comenzado la batalla por la representación estatal tan temprano y en la forma agresiva, sucia y degradante, como siempre lo han hecho: el Sr. Devers nunca ha ganado una elección contra Lantigua, aunque lo ha intentado y fracasado en cinco (5) elecciones consecutivas, lo cual es un récord notable para cualquier político. Esto nos explica, con claridad por qué ellos tienen tanto miedo de luchar por la reelección contra este candidato que, aunque trataron, no lograron destruir. Más aún, fueron esos mismos “amigos más cercanos” quienes lo empujaron hacia abajo desde la cima de su popularidad como Representante. Casi le obligaron a punta de pistola (el arma de la ignorancia) a abandonar su asiento en la Casa del Estado para postularse como alcalde de una ciudad que estaba avanzando en la dirección correcta.
Solicito su atención, mis queridos lectores, para exponer algunas de las razones de por qué he llegado a la conclusión de que Marcos Devers fue el gran perdedor en las elecciones a la alcaldía del pasado noviembre en Lawrence:
Perdió amigos, miles de seguidores en el distrito dieciséis, perdió su credibilidad en la comunidad, perdió cariño y poder, perdió mucho dinero, dañó su imagen de hombre humilde y generoso, perdió el tiempo, sirvió a su liderazgo en bandeja de plata para el Alcalde Rivera, perdió el tiempo de pasarla con su familia, y por encima de todo esto, Marcos Devers perdió la oportunidad de alcanzar su principal sueño en la vida: convertirse en el Alcalde de la Gran Ciudad de Lawrence.
¿Cuál fue su error mático-político? Él lanzó su campaña para alcalde cuando estaba en el pico más alto de su popularidad como representante del estado y a sólo tres meses después de ganar una elección con más de 9,000 votos. Otro error podría ser que él pensó que iba a obtener el apoyo de la comunidad anglo, pero parece que este apoyo estaba reservado para otra persona.
Por su decisión política, muchos de nosotros estamos convencidos de que Marcos Devers traicionó a su base política en el norte de Lawrence, con la mayor concentración de electores en su distrito. Miles de votantes en el resto de la ciudad consideran la mediocre participación en su favor como un fracaso político. Muchos de nosotros tenemos la razón para creer que Marcos Devers nunca debió haber puesto su liderazgo en riesgo por razones personales. Debió haber escuchado los sabios consejos de muchas personas que, como usted o como yo, llegamos a admirarlo como un líder hispano que estaba comprometido con su comunidad. Marcos Devers debió haber continuado como nuestro Representante Estatal y utilizar su liderazgo para convertirse en parte de la solución, no parte del problema.
Puede que usted no esté de acuerdo comigo o con esta opinión y eso está bien, pero para mí y muchos de ustedes, Marcos Devers fue el mayor perdedor en las pasadas elecciones a la alcaldía.