Por Dalia Díaz
Hace unos días, escuché a alguien en la radio contando la noche que él y un grupo de amigos fueron a un restaurante en Boston; la factura fue de $200 y se le añadió una propina de $20 para la camarera.
Poco después, ella regresó para informarle que su supervisor dijo que no era suficiente por su servicio.
Eso me motivó a escribir (de nuevo) sobre por qué damos propina. Hace muchos años trabajé como anfitriona (hostess) de un restaurante y aprendí muy de acerca el por qué. Al final de su turno, los servidores o camareros reciben una lista de la computadora con el total de las ventas que hizo. Todo eso se agrega a la forma W-2 que debe ser presentada al IRS al final del año con el fin de pagar impuestos sobre sus ingresos. El IRS estima que deben haber recibido un 15% en propinas en el total vendido por lo que, para cada cuenta en que el cliente dejó menos del requerido 15% (y, a veces sin dejar nada), está costándole dinero al servidor, ya que se supone que él o ella lo recibió.
En ciertas ocasiones vi a mis compañeros de labores correr detrás de un cliente en el estacionamiento para explicar lo que habían hecho. Para mi sorpresa, escuché varias veces, “Si no te gusta, reclámale al dueño del restaurante.”
Ahora le voy a dar un poco de historia de la forma en que se inició y qué dicen las leyes actuales.
La propina es algo que data desde la era de la esclavitud. En Inglaterra era una idea noble, dar algo extra a sus trabajadores por haber realizado un buen trabajo o funciones adicionales. Cuando llegó a los Estados Unidos la idea fue rechazada por tener elementos raciales porque casi todos los trabajadores eran esclavos recientemente liberados. Con el tiempo, esa costumbre fue eliminada en Europa, pero se afianzó en este país hasta febrero de 1967, cuando el salario mínimo federal subió a $1.00 por hora para los trabajadores que no se dediquen a la agricultura.
En la actualidad, el salario mínimo federal es de $7.25 la hora, pero para los trabajadores que reciben propinas es sólo $2.13 la hora. Si después de 30 horas de trabajo, el trabajador no ha ganado el mínimo de $7.25 por hora entre la combinación de la propina y la tarifa por hora, el empleador debe compensarlo con la diferencia. En restaurantes como Applebees, IHOP, y Olive Garden, servidores ganan un salario medio de $9 por hora cuando se incluyen la gratificación. Teniendo en cuenta que la mayoría de ellos son padres solteros, ¿pueden vivir con eso?
Entonces, ¿cuál es la respuesta?
Varios grupos de todo el país están luchando por elevar el salario mínimo a $15 por hora. Si eso pasa, los restaurantes tendrán que aumentar sus precios y ya no tendremos de gratificar al servidor o camarero. Me preocupa la calidad del servicio, una vez que no tengan que esmerarse para ganarla.
Tenemos un restaurante favorito en el que el servidor hace un trabajo fantástico para hacernos sentir bienvenidos. Él sabe que nos encanta el pan que sirven y cuando estamos listos para salir, él trae una bolsa con un pan extra. Eso merece consideración con la propina.
También hemos hecho un hábito no incluir la propina en la tarjeta de crédito, ya que algunos restaurantes tienden a pasar el porcentaje que esas compañías de crédito cobran a los establecimientos deduciéndolo de la propina a los servidores.
Y si no puede calcular la cantidad de la propina, agregue $2 por cada $10 que gasta y podrá ir a lo seguro.