Desde el viernes, 31 de agosto, comenzaron los festivales en Lawrence, con la Fiesta de los Tres Santos, organizado por la Sociedad de St. Alfio y el Mahrajan, un festival celebrando la cultura libanesa organizado a su vez por miembros de la Iglesia St. Anthony Maronite. Ambos festivales terminaron el domingo, 2 de septiembre. Son tres días maravillosos donde podemos compartir con otras culturas, escuchar su música y paladear apetitosos platillos que nos hacen la boca agua.
Durante esos 3 días, todos los candidatos estuvieron trabajando febrilmente junto a sus equipos de campaña, dando los últimos toques para asegurarse de que sus mensajes llegaran al votante, dado que el martes, 4 de septiembre estaba fijado para celebrar las elecciones preliminares del estado.
Llegó el lunes 3 y con él, el Día del Trabajo, cuando en Lawrence se celebra el Festival de Bread and Roses (Pan y Rosas, en español). Aunque algunos candidatos hicieron presencia en el festival, hablando con los allí presentes, la mayoría estaba tocando puertas, regando literatura, bajo un sol ardiente y temperaturas de más de 90 grados, dando los últimos toques para asegurarse de que sus mensajes llegaran al votante.
Por fin llegó el día 4, día de elecciones. Desde tempranas horas se vislumbraba la apatía del votante. Cada candidato y sus equipos de campaña soñaban con ver el fruto de su esfuerzo. Una ciudad donde muchos de sus ciudadanos dicen que es pobre, que los alquileres son muy altos, que tienen dos y tres empleos para poder alimentar a su familia y que siempre están demandando de nuestros políticos que haga más por ellos, cuando llega el día de las elecciones, no salen a votar en masa.
Es inconcebible que de 41,425 ciudadanos inscriptos para votar sólo votaran unos 10,000 (no oficial). Si nuestra matemática es correcta, 31,000 personas no cumplieron con su deber cívico. Es una bofetada sin mano a todo aquel que, con intenciones de servir a sus conciudadanos no reciben el pago a su esfuerzo con el voto del ciudadano.