By Gilda Duran
El Presidente Trump está en una misión para reformar el Programa SNAP, también conocido como estampillas para comida (los cupones), que permite a 42 millones de estadounidenses, familias de bajos ingresos, personas mayores y personas con discapacidad comprar algunos alimentos en tiendas de comestibles, mercados, y bodegas.
El destinatario promedio del programa de asistencia recibe sobre $122 al mes. La administración está proponiendo reemplazar más de un 40 por ciento de beneficios de SNAP, dados a los recipientes con una caja de cosecha con alimentos seleccionados y distribuidos por el gobierno.
La propuesta de presupuesto fiscal en 2019, sustituirá a aproximadamente la mitad del dinero que recibe la mayoría de las familias. El plan es que una caja va a incluir Alimentos cultivados y producidos en Estados Unidos 100%. Esta caja incluiría elementos como leche, mantequilla de maní, frutas, carnes y cereales. Estos artículos son artículos que son un elemento básico en la cocina americana, pero ¿van a estar frescos?
Creo que esta propuesta podría disminuir el desperdicio, fraude y ayudará a las empresas americanas radicadas en Estados Unidos. Este plan también podría afectar financieramente a las bodegas en Lawrence. Esta propuesta suena como una buena reforma, sin embargo no puedo evitar encontrar similitudes con los países socialistas que imponen lo que comen los pobres.
Yo viajé a Cuba en el 2000 y ahí vi un sistema muy similar. En Cuba se come lo que el gobierno decide que el pueblo puede comer y cuánto. Espero que si este plan pasa que se agregue un componente cultural así las personas recibirán el alimento que usualmente comen. Que las personas con restricciones dietéticas como los diabéticos sean tomados en consideración.
También quisiera ver que empresas Latinas como Goya, Bustelo, o Badía sean parte de las empresas que van a vender al gobierno federal.