Negocio entre el Alcalde Rivera y socio de la Concejala Reyes

 Por Dalia Díaz

             Hay un nuevo sentimiento en la sociedad y es que debemos odiar a los ricos como si alguien que ha adquirido algún tipo de riqueza tiene que ser necesariamente en circunstancias dudosas. Hay que reconocer que esas personas contribuyen a la sociedad con inversiones, la creación de empleo y pagan su parte justa de impuestos. Quien haya alcanzado cualquier cantidad de riqueza a través de su propio esfuerzo o su inteligencia debe ser bendecido y admirado.

Si por el contrario, hay cuestiones dudosas, el comportamiento, los abusos o favores políticos con el fin de llegar allí, pues… no lo apruebo y creo que usted tampoco debería.

Durante la reunión de la Comisión de Licencias del 30 de marzo, me di cuenta de que los comisarios estaban prestando atención y respondiendo a alguien que estaba sentado en el lado derecho de la pantalla, lejos del ángulo de la cámara. Me pareció muy sospechoso que la Concejala del Distrito B Estela Reyes estaba inyectando su opinión y comentarios, abogando por un hombre llamado Reyes (he oído que es su hermano) que estaba buscando una licencia de venta de autos de uso en Jackson St. Cuando se aprobó, se puso de pie y salió con ellos. Abogar por un miembro de la familia es un conflicto de intereses y ella no debería haber tomado parte en esto.

Entonces Roger Farrah, el hombre que posee una gran cantidad de propiedades en la ciudad, tuvo una gran pelea con los miembros del comité porque es una zona 2 y estos lotes ya no están permitidos y acababan de aprobar es un lote de autos usados, donde nunca hubo uno. Repitió muchas veces que lo que hicieron es ilegal; que es pura política.

Los comisarios defendieron sus acciones diciendo que había sido aprobado por Dan McCarthy, el planificador de uso de tierras, pero Farrah insistió en que fueron prohibidos en Lawrence desde los años 80.  Las renovaciones de licencias seguirán siendo expedidas a los existentes, pero no hay otros nuevos.

Entonces, tenemos la compra de propiedades por la Concejala Reyes y sus asociados.

El 16 de octubre del 2015, mediante un Quick Claim Deed, compró el edificio situado junto a la Escuela Oliver por $170,000 de la Iglesia Bautista que lo poseía. Los nombres en la escritura son Denis Reyes, Estela Reyes, Juan Carlos Reyes y Junior Rozón.

El 25 de enero de 2016, la Comisión de Viviendas aprobó la venta de un lote de propiedad municipal en el 92 Oak St. por $3,300. La tierra que fue vendida a Junior Rozón, un residente de Haverhill, está detrás de la Escuela Oliver. La Concejala Reyes es miembro de este comité y ya que Estela y el Sr. Rozón son socios, debería haberse abstenido de votar y no lo hizo, sino que incluso apoyó la moción para su aprobación.

Esta venta del Alcalde Rivera produce varias cosas una de las cuales es que hace a Rozón “abutter” o sea, vecino inmediato dos veces a tierras de propiedad municipal.

El Alcalde quiere reconstruir y posiblemente ampliar la Escuela Oliver. La única tierra disponible de inmediato para cualquier expansión de la Oliver donde aún no hay nada construido es la parcela que acaba de vender junto con los otros terrenos de propiedad municipal.  Es tonto para el alcalde vender esta tierra a Rozón cuando en realidad puede ser necesaria para la expansión de la escuela elemental trayendo como resultado que la ciudad tendrá que comprársela de nuevo a Rozón.

Los beneficiarios del reparto de la tierra entre Rivera y su administración con Junior Rozón incluye a la Concejal Estela Reyes y me atrevo a sugerir que lo más probable es que esto es intencional por parte del Alcalde para mantener su nombre fuera de la venta del terreno que en mi opinión viola las Leyes Generales de Massachusetts ya que se aplica a la venta de una propiedad pública donde debe haber una declaración pública.

Todo esto me huele a corrupción pública.  El precio de $3,300.00 para esa parcela de tierra a un particular y no a un grupo como Veteranos Northeast o Hábitat para la Humanidad es sin duda un regalo y tiene la firma del Alcalde Rivera.

El Concejo Municipal en su buen juicio, se negó a pagar por la demolición del edificio al lado de la escuela Oliver en su asamblea del 3 de mayo por ser propiedad de una concejal.