Por Marko Duffy
He estado trabajando en Lawrence desde 1990 y tuve la suerte de trabajar para un hombre que yo llamo “el hombre más inteligente que he conocido”. Curiosamente, este hombre era el presidente de una empresa de manufactura, una empresa de alta tecnología con una gran cantidad de procesos y equipos que controlaban la gran cantidad de variables que entraron en el proceso de fabricación. Este capitán de la industria es el hombre más inteligente que he conocido y fue entrenado profesionalmente como barbero… Y mucho de lo que sabía lo aprendió de su padre… un barbero inmigrante.
De todos modos, mi jefe y mentor fue entrenado como barbero y fue una gran influencia en mi vida. Para todas las situaciones en los negocios él tenía una respuesta. La mejor parte de sus respuestas, era la forma en que él las entregaba. Él nunca daba la respuesta… Él respondía con una historia y siempre comenzaba con “mi padre siempre decía…”
Ya fuese que uno andaba apurado, o enojado, o aterrorizado, o en cualquier lugar que estuviera que lo trajo a su oficina en búsqueda de asesoramiento, a veces lo último que usted quisiera escuchar por falta de tiempo era una historia. Pero en poco tiempo me di cuenta que sus historias no sólo nos daban la respuesta, sino una lección que nos hizo pensar y aprender y tal vez lo más importante… hizo que lo recordara.
Profesionalmente he utilizado estas historias y sus detalles una y otra vez. Como una persona de ventas técnicas y confidente de mis clientes, muchos de los cuales son los dueños de sus negocios, estas historias han ayudado a dar forma a muchas empresas y los hombres y mujeres de negocios. Puedo haber dejado de lado el “mi padre siempre decía…” pero el mensaje fue recibido y de la misma manera casi alegórico.
Las historias contadas son demasiado numerosas y tienen el mayor impacto cuando se dicen “en el momento”. Pero hay una que me gustaría compartir aquí y ahora y creo que se aplica a la vida y los negocios en Lawrence.
Cuando las cosas en la fábrica iban mal por un tiempo y todo se enloquecía yo iba a hablar con él en busca de respuestas o soluciones o tal vez sólo una oportunidad para sacarme lo que tenía adentro. Esta vez, aunque él me detuvo y dijo: “Mi padre solía decir…” y me dijo lo que su padre le contaba cuando las cosas parecían insuperables, su padre decía “En algún lugar del camino algo cambió, algo tal vez hiciste o dejaste de hacer. Lo que quiero que hagas es volver a un lugar tranquilo, apaga la radio y la televisión (y supongo que hoy él diría tu teléfono) y piensa dando paso hacia atrás. Vuelve un poco a la vez hasta llegar a un lugar donde el problema que tienes no existía. Cuando las cosas estaban funcionando de la manera que quería. Fue ahí donde te equivocaste. Sólo tú sabrás lo que pasó y lo que hay que hacer para corregirlo. Suponiendo que quieras corregirlo”.
Y siempre funcionaba. Y hasta el día de hoy, cada vez que enfrento a un cliente, o mi esposa, ni a mis hijos acerca de un problema insuperable, les doy el mismo consejo: Vuelve al punto cuando funcionaba.
Creo que esta historia es aplicable a Lawrence y la posición en que veo la ciudad. Yo trato con las empresas de manufactura en la ciudad cada día creciendo y prosperando y llenando el espacio que alguna vez fue un gran taller de clase mundial, según las fábricas de aquellos tiempos. Estas son empresas que realizan un trabajo intensivo de mano de obra con una fuerza de trabajo inmigrante ganando buenos salarios, creando algo de un montón de materiales que están siendo vendidos y utilizados en todo el mundo. Regresa a cuando las cosas funcionaban en Lawrence, cuando los negocios en la ciudad hacían cosas y la gente hacía dinero que regresó a su barrio. La manufactura fue una vez y podría volver a ser hoy el alma de la ciudad.
También creo que es irónico que gran parte de la sabiduría en estas historias que comparto tenga sus raíces en una barbería a cargo de un barbero que no nació aquí. Si le digo a esta historia de una manera diferente usted podría estar visitando las muchas barberías nuevas que se han abierto alrededor de la ciudad tratando de encontrar a este hombre. Pero no, fue hace muchos años y este barbero nació en Italia. Pero muestra que la barbería, lo que solía ser un centro comunitario, un lugar para reunirse y aprender, un lugar para hablar y escuchar está aquí de nuevo. Tal vez esto es sólo un ejemplo más de la vida que nos demuestra que debemos volver a la era cuando las cosas funcionaban.
Marko Duffy CEF, es presidente de Marathon Manufacturing Services LLC.