Aclarando sin insultos
La reciente controversia creada por mi columna la semana pasada demuestra los peligros de Facebook. Sí, se puede dañar la reputación de una persona y por lo general es como resultado de reacciones exageradas de los lectores o personas con opiniones que no tienen todos los hechos. Note que no los he llamado mentirosos… todavía.
El objetivo principal de esa columna era criticar la práctica de contratación del Alcalde Daniel Rivera. La práctica de emplear personas por su cuenta y colocarlas en posiciones en la ciudad dejando a un lado la autoridad del Concejo Municipal y los procedimientos que se establecen en la Constitución de la Ciudad. El seleccionó a una persona para reemplazar a alguien en el Departamento de Elecciones y dependió de una amiga que lo apoyó durante la campaña para encontrar a la persona adecuada. Si dije que no tiene experiencia fue porque (a pesar de que puede que sea muy competente, seria, dedicada, etc.) que nunca ha trabajado en este ambiente y con las elecciones presidenciales que vienen y el desorden causado por la petición de revocación, necesitamos personas en esa oficina que saben qué hacer. El hecho de que tenemos una comunidad muy desconectada con el sistema democrático, y líderes comunitarios animando a la comunidad para que no vayan a votar este martes, es imperativo que tengamos las personas adecuadas en un departamento tan crucial.
Tenga en cuenta que me niego a mencionar su nombre porque no se trata de ella, sino de su nombramiento por el alcalde. No fue mi intención proyectar una sombra de duda sobre su profesionalismo e integridad como persona y lamento mucho que se ha interpretado de esa manera.
La razón por la que mencioné a Facebook es porque las cosas se llevaron a un extremo tan fuera de proporción que se ha convertido en un ataque contra mí como si yo hubiese ofendido a Zoila Gómez con mis comentarios. Me gustaría que la gente señale dónde está el daño que le he causado a ella como una mujer profesional o como un ser humano.
Que se sepa que he dicho públicamente y en privado, que admiro enormemente a Zoila. La conozco desde finales de los años 80 cuando fue mi peluquera en el salón de belleza de Elsa en la calle Essex. Quien haya llegado a este país como una adolescente, que haya criado una familia, trabajando duro y aun así logró ir a la escuela al mismo tiempo para forjar la presencia que ella tiene en esta comunidad, merece mi respeto y todas las riquezas del mundo. Puedo repetirlo con orgullo porque ¡Zoila se lo ganó!
Por lo tanto, ¿qué provocó todo esto? Una reacción exagerada a mi columna de su parte y una reacción exagerada aún más a lo que ella escribió. Para aquellos que no lo han leído y particularmente para aquellos que emitieron un dictamen sin verlo, aquí está:
El desastre continúa y están dejando que el alcalde controle ese departamento a voluntad. Él seleccionó y contrató a una nueva empleada sin experiencia para mantener acompañado a Richard Reyes. Esta vez, en violación de nuevo de reglas o procedimientos, él personalmente contrató a la secretaria de Zoila Gómez, una trabajadora de su campaña y contribuyente económica.
La selección del alcalde no conlleva publicar la posición para permitir a los solicitantes que respondan y así seleccionar a la “persona mejor calificada para el trabajo”, como él prometió hacerlo. Lo que no entiendo es cómo es que el Concejo Municipal mira del otro lado y aprueba todo lo que les manda.
Sí, he cometido un error diciendo que la nueva empleada era su secretaria cuando debería haber dicho que Zoila la recomendó para el trabajo. Si ella me hubiese llamado, habría fácilmente sido corregido como lo estoy haciendo ahora sin causar la conmoción que creó.
Sin lugar a dudas, hay personas que han sido expuestas por mí y vieron esto como una oportunidad para vengarse, como por ejemplo, Laiza Lizardo St. Onge. No hay credibilidad en su comentario, porque el 22 de noviembre de 2015, publiqué fotos de su auto aparcado ilegalmente frente del estadio, a pesar de que un oficial de policía le dijo que tenía que moverlo. Además, hay un reporte de la policía que cualquiera puede ver. Laiza, tienes un techo de cristal. ¡Cállate!
Y Zoila, con respecto a tu comentario acerca de convertirme en tu enemiga, es tan ridículo que no lo voy a dignificar con una respuesta.