Extracto del Juicio de Melix Bonilla

Por José A. Ayala

Lunes 22 de septiembre, 2014: Cancelado.

Martes, 23 de septiembre 2014

El Jurado finalmente es seleccionado en la segunda ronda después de evaluaciones y cuestionamientos individuales por parte de dos jueces con la presencia de la defensa y la fiscalía. En total 14 personas forman el jurado: 9 mujeres y 5 hombres. Por sus rasgos físicos, las 9 mujeres y 3 hombres aparentan ser de la raza blanca (aunque dicen que una de ellas es Latina), y 2 hombres aparentan ser de las minorías (uno de la raza negra y uno que podría ser hispano, italiano o del medio oriente).

A continuación, el juez Timothy Fooley dio las debidas instrucciones al jurado, incluyendo no hablar con nadie sobre este caso, no entrar al internet, no escuchar radio, no ver TV, no chatear en las redes sociales ni intercambiar mensajes en Facebook, en especial nada que tenga que ver con este caso, ni siquiera con la familia.

La parte acusadora está representada por tres fiscales asistentes del Condado de Essex, incluyendo a Michael Sheehan, el mismo que estuvo en el caso de Lenny Degnan, acusado y condenado por un caso separado de corrupción. El abogado defensor del oficial Mélix Bonilla es Alex Cain de Andover. Este primer día, Mélix Bonilla lucía relajado y positivo.

Bonilla, quien sirvió como Subjefe de Policía de Lawrence bajo la supervisión directa del ex jefe de la Policía John Romero, está acusado de supuestamente intercambiar 12 vehículos de la Policía incautados durante operativos contra el mundo del crimen por 4 vehículos Chevrolet Impalas al dealer local de vehículos Santo Domingo Motors.

Bonilla se ha declarado no culpable.

En la lista de unos 40 testigos está uno clave por parte de la Fiscalía: Jay Jackson, ex jefe de la Policía Auxiliar de Lawrence, cancelado después de quejas de oficiales auxiliares de que él los acosaba sexualmente.  Todavía se esperan los resultados de una investigación interna de la Policía de Lawrence.

Otros testigos claves son el ex jefe de la policía, ya retirado, John Romero quien ahora reside en California, y el propietario de Santo Domingo Motors, Bernardo Peña.  Los tres están programados a comparecer en corte este miércoles, 24 de septiembre, pero antes la defensa y la parte acusadora presentarán al jurado sus argumentos de apertura.

 

Miércoles, 24 DE septiembre, 2014

Los abogados presentan sus argumentos de apertura ante el jurado.

 

Habla Bernardo Peña

El primer testigo en ser llamado al estrado es Bernardo Peña, dueño de Santo Domingo Motors de Lawrence.  Inició la Fiscalía mostrando a Peña la documentación (como títulos y recibos de compra) de los 12 vehículos de la policía, no 15 como se había alegado al principio, y que fueron cambiados por 4 Chevrolet Impalas entre el 2010 y 2011.

Peña dijo que todos los vehículos necesitaban reparación para ponerlos en el mercado. Entre los vehículos mencionados, estaban un Buick Century año 2000 al que tuvo que invertirle $925 en reparación; un Volkswagen Jetta, $950 en reparación; un Toyota Camry 1987, $625 en reparación; un Toyota Camry 1996, $825 en reparación y un Toyota Camry 1999, sin título y que Peña vendió tal y como estaba por $3,500.

Ante la pregunta de la defensa de con quién él estuvo en contacto durante el intercambio de los vehículos, Peña respondió, “El oficial Jay Jackson”.  Y continuó diciendo, “Hablaba con él a menudo, casi diariamente. El oficial Jackson fue quien me recibió en la estación de Policía. Él revisó los vehículos y fue quien luego fue a mi negocio y me entregó los documentos y las llaves de los 11 vehículos”.

“Un momento, ¿dice usted 11 vehículos?  ¿Acaso no eran 12 vehículos que la Policía estaría entregando?”, preguntó el abogado Alex Cain.

“Sí, ellos me entregaron 12 vehículos, pero luego un oficial me llamó por orden del Jefe Romero para informarme que el Acura del 2001 tenía un ‘hide-out’ y que iban a recoger el vehículo para resolver ese problema. Me explicó que un ‘hide-out’ es un compartimiento secreto hecho por los traficantes en los vehículos para esconder drogas”, dijo Peña.

Ante la insistencia del abogado Cain, Peña dijo que fue el Jefe Romero quien instruyó a Jackson para que ese carro no fuera vendido hasta que el ‘hide-out’ fuera corregido.

Agregó que en total las reparaciones de los vehículos estuvieron en alrededor de $11,000 y después de venderlos tuvo una ganancia total de unos $29,000.

Dijo que cada uno de los Impalas entregados a la policía estaba como nuevo, tenían pocas millas, fueron acondicionados debidamente y fueron inspeccionados por el oficial Jay Jackson quien dio el visto bueno final para el intercambio. “Fue el oficial Jackson quien corrió el show”, dijo Peña.

Respondiendo a otra pregunta sobre su contacto con Bonilla durante las elecciones de noviembre del 2009, Peña dijo que nunca hubo ninguna interacción con Bonilla sobre este asunto. También negó las alegaciones de que hubo viajes a República Dominicana para hablar de ese tema.

 

Habla John Romero

Las preguntas iniciales a Romero las inició la fiscalía con la presentación del testigo y a qué se dedica.  “Mi nombre es John Romero. Actualmente trabajo como Consultante de Seguridad Pública. Trabajé como Jefe de la Policía de la Ciudad de Lawrence desde el 1999 por un total de 15 años hasta mi retiro el año pasado. Antes trabajaba para la Policía de New York asignado a la sección de Washington Heights donde estuve por 29 años”, fueron las palabras iniciales de Romero.  Agregó que cuando arribó a Lawrence, encontró 148 oficiales en nómina y un presupuesto de alrededor de 10 millones de dólares.  Al momento de su retiro, sólo había 124 oficiales y un presupuesto drásticamente reducido debido a cortes presupuestales.

 

Romero habla sobre Mélix Bonilla

Romero dijo conocer a Mélix Bonilla desde su llegada a Lawrence en 1999, y a solicitud del abogado Cain, Romero contó las responsabilidades de Bonilla: “El Oficial Bonilla era sargento y era el responsable de supervisar la asignación de permisos y licencias a los taxistas y otros involucrados en el negocio del transporte.  Parte de su trabajo era chequear los récords criminales y de manejo de los solicitantes, entre otras funciones asignadas”, dijo Romero.

Romero explicó que fue el Jefe de Gabinete Lenny Degnan que le entregó la notificación oficial del Alcalde William Lantigua dejándole saber que Mélix Bonilla sería ascendido a Sub-jefe de la Policía.  Agregó que él estaba opuesto al nombramiento de Bonilla por no tener la experiencia ni las calificaciones para un puesto de tanta responsabilidad.  Añadió que el Capitán Mike Driscoll era su favorito para Subjefe de la Policía por tener la experiencia y haber asistido a la Academia del FBI.  Dijo que no confiaba en Bonilla por su amistad con el Alcalde Lantigua.

A la pregunta de la defensa sobre si Bonilla tenía una oficina asignada como subjefe de la Policía o por lo menos un escritorio al lado del Jefe de la Policía, Romero dijo que “No, él permaneció en la oficina que siempre había tenido en el primer piso del edificio.  Repito, no confiaba en él por su cercanía con el Alcalde Lantigua”, recalcó Romero.

 

Romero habla sobre los vehículos

Romero dijo que fue en abril del 2010 cuando el Subjefe Bonilla fue a su oficina para proponer la reorganización de la flotilla de vehículos de la policía ya que, según él, había que salir de algunos vehículos que no eran de utilidad mientras que otros estaban pagando seguro sin estar en uso.

Romero reconoció la preocupación de Bonilla por ahorrar dinero a los contribuyentes y a la vez hacer un buen uso de los vehículos en el Departamento.

Ante el cuestionamiento de la fiscalía, Romero explicó que el proceso para salir de los vehículos incautados es a través de una notificación a la Oficina del Fiscal Distrital (DA) dejándole saber de los vehículos que se planeaba vender.  La fiscalía entonces envía un “award letter” o carta de adjudicación donde se establece que el 50% de lo recaudado debe ser entregado a esa oficina.

 

Romero dijo que no estaba de acuerdo con ese intercambio sin antes evaluar los vehículos que la policía aportaría en el intercambio dado el hecho de que Jackson era el “Facilities Director”.  También instruyó a Jackson para que fuera a Santo Domingo Motors para ver y revisar los vehículos que él aportaría en el intercambio.

A la pregunta del abogado Cain sobre las veces que Jackson fue a Santo Domingo Motors a reunirse con el Sr. Abelardo Peña, Romero dijo no estar seguro, pero fue varias veces y fueron mayormente en julio del 2010.  Romero dijo que por las informaciones que le suministraba Jackson, ese no era un buen intercambio.  Y agregó que Jackson sólo vio dos vehículos.

De inmediato el abogado Cain preguntó: “¿Y por qué no intervino usted como jefe para detener ese acuerdo?”

“Quería darle confianza al acusado (Bonilla) por su iniciativa.”

Y de nuevo ataca el abogado: “¿Y cómo entra el FBI y la prensa en todo esto?”

El FBI y la Prensa

Romero confesó que fue él quien habló con el FBI sobre lo que estaba pasando y apuntó a Bonilla como el iniciador de la idea del intercambio de vehículos sin informarlo a la Fiscalía Distrital como dice la ley.  Pidió una investigación.

El Abogado Cain luego agregó: “Aquí tengo reportes de que usted le filtraba información al Eagle-Tribune y a WBZ de Boston sobre esta situación”.  Romero no respondió.  “Incluso usted de manera sostenida le pasaba información a estos medios sin ni siquiera informar lo que sucedía a su jefe, el Alcalde Lantigua ni al Jefe de Gabinete, Lenny Degnan y ni al abogado de la ciudad.  Todos se enteraron a través de la prensa.  También habló con el Eagle-Tribune de su favoritismo por el Capitán Driscoll”, remachó el abogado.

“No recuerdo eso”, respondió Romero.  “Pero casi $50,000 de aumento para el Sr. Bonilla tras de ser ascendido a Subjefe de la Policía era demasiado dinero cuando teníamos a Driscoll con más experiencia”, dijo Romero.

El abogado Caín le recalcó: “¿Habló usted de esa preocupación con el Alcalde Lantigua o el Jefe de Gabinete?”  Romero respondió con un rotundo “No”.

“No más preguntas su señoría”, dice el abogado de Bonilla.  Romero es guiado hacia afuera.

 

Sacan al Jurado… Discusión sobre testimonio de Jay Jackson.

El Juez Fooley da algunas instrucciones rutinarias al jurado y les da el resto del día libre.  Es la 1:45pm y el Juez ordena receso hasta las 2:10pm.

A su regreso, el juez pide la introducción del controversial tema de qué los abogados preguntarán al testigo Jay Jackson que estaba afuera en espera ser llamado.  Esta parte del juicio llegó tras la solicitud del abogado Cain, la defensa de Bonilla, para que a Jackson se le hagan también preguntas relacionadas con alegados acuerdos hechos con la Fiscalía para que él declare contra Bonilla.  El abogado Cain dijo al Juez Fooley que es necesario descalificar a Jackson como testigo del Estado (la Fiscalía Distrital) tras prometérsele un trato preferencial en los asuntos que él tiene pendiente con la ciudad con tal que testificara contra Bonilla.

El abogado Cain dijo que testificó sobre este caso ante un Gran Jurado en el 2012.  Dijo que Jackson fue cancelado de la Policía después de éste decidir testificar en el juicio.  Tras sentirse preocupados por lo que Jackson fuera a decir, éste supuestamente fue llamado a hacer un acuerdo para suavizar las querellas de acoso sexual que pesan en su contra.

Después de una larga exposición de la defensa, el Juez Fooley negó la solicitud de Cain argumentando que los asuntos legales que Jackson pueda tener son un caso separado que debe ser tratado en corte.  “Quizás el Sr. Jackson sea lo peor; es posible que sea un inmoral y que tenga un pobre carácter, pero eso no lo descalifica para servir como testigo en un asunto totalmente diferente”, dijo Fooley.

El juez ordenó a Cain a no hacer a Jackson ninguna pregunta que pueda inferir una respuesta relacionada con algún acuerdo para que testifique.  “There’s no permissible argument (No hay argumento admisible) para impedir el testimonio del Sr. Jackson”, dijo el Juez Fooley, y de inmediato ordena traer a Jackson a la sala.

Jay Jackson Testifica

La Fiscalía pregunta: ¿Hizo usted algún acuerdo que le fuera a beneficiar de alguna manera?  Jackson se queda pensando. El Juez reitera la pregunta y Jackson responde: “Nunca recibí promesas del Jefe Romero ni de la Fiscalía de algún beneficio por testificar”.

El abogado Cain pregunta: ¿Testificó usted sobre este caso ante un Gran Jurado en el 2012?  “Sí”, respondió Jackson.

¿Tiene usted alguna investigación en curso por alguna queja?” pregunta Cain.

“Sí”.

¿Cuántas quejas pesan en su contra?  Lo piensa “… creo que dos.”

¿Y puede decir a la sala sobre qué son estas quejas en su contra?

Lo piensa y tímidamente dice: “Es un asunto sexual”.

¿Ocurrieron realmente esas alegaciones desde el 2009?

De nuevo, Jackson, en voz baja, responde: “Sí, señor.  Pero debo aclarar que las del 2010 nunca ocurrieron”, aclaró Jackson.

¿Qué me diría si le dijera que no son dos las quejas sino que son seis? responde el abogado Cain mientras sostiene algunas páginas.
Jueves 25 de septiembre, 2014.

Testimonio de Jay Jackson frente al jurado

Las preguntas a Jackson las inició la Fiscalía pidiendo que se identificara y dijera a qué se dedica o dedicaba: “Mi nombre es Jay Jackson. Trabajé para la Policía de Lawrence como Director de Facilidades y Jefe de la Policía Auxiliar.

“¿Cómo se vio usted involucrado en el caso de intercambio de vehículos de la Policía?” preguntó el abogado Michael Sheehan.

“Un día en el 2010, el Subjefe Mélix Bonilla me llamó a su oficina en el primer piso y me dijo que tenía un plan de reorganización de la flota de vehículos de la policía para poner más patrullas en las calles, más vehículos para los detectives y sacarle provecho a los vehículos incautados”, dijo Jackson.  “Me dijo que hay un dealer en Lawrence donde se pueden conseguir 4 Chevrolet Impalas nuevos que se pueden utilizar para los detectives y en cambio la policía podría entregarle 12 carros incautados.  Me dijo que además se podía ahorrar dinero cancelando las pólizas de seguro de vehículos que estaban parados por mucho tiempo.  Le dije que la idea es buena, pero que había un proceso que había que seguir”.

Interrumpe el abogado Sheehan: “¿Cuál es ese proceso?”

“Cuando vamos a vender vehículos incautados, hay que informarlo a la Oficina Fiscal del Distrito de Essex.  Ellos luego envían a la policía un ‘award letter’ o carta de adjudicación.”

“¿Cómo describiría usted ese encuentro con el acusado (Bonilla)?”, preguntó Sheehan.

“Agresivo e intimidatorio; muy rudo diría yo; incluso él golpeaba sobre el escritorio con el dedo.  Me puso mucha presión.  Me dijo: ‘Esto es lo que se va a hacer… se va a hacer de esta manera… punto’.  Era mi superior y no quería confrontaciones”, dijo Jackson.

El ex Jefe de la Policía Auxiliar giró su cara hacia la derecha, mirando a los miembros del jurado, y dijo: “Me sentí intimidado, degradado y forzado a ayudar en este intercambio por temor a perder mi trabajo”.

“¿Tuvo usted la opción de decirle ‘no’?”, preguntó Sheehan a Jackson.

“No”, replicó Jackson.

“¿Por qué no?”, preguntó la Fiscalía.

“Porque me hubieran cancelado”, dijo Jackson.

Turno de la defensa.

“¿Cuándo se enteró usted por primera vez de este intercambio de vehículos?”, preguntó el abogado de Bonilla Alex Cain.

“El Jefe Romero me llamó a su oficina para hablarme de la propuesta que le hizo Bonilla sobre un intercambio de vehículos incautados por carros nuevos que podían utilizarse para los detectives o policías encubiertos”, dijo Jackson.  “Me ordenó encargarme de evaluar los vehículos que la policía pondría en el intercambio y los vehículos que pondría Santo Domingo Motors.  También me dijo que me pusiera en contacto con Santo Domingo Motors”, agregó.  “También entré a diferentes páginas en el internet donde vi vehículos similares.  Me pude dar cuenta que realmente eran un “junk” (basura) de vehículos”, dijo Jackson.

“Me encontré con Peña (lo pronunciaba ‘Pina’) primero en su negocio de la Haverhill St… si no me equivoco, creo que esquina West St.  El tiene una sucursal en Broadway esquina a Water.  Allí hablamos sobre el intercambio de carros y los documentos como títulos, etc.  Peña me dijo que quería ver los vehículos que la policía pondría.  Lo llevé al garaje de la Amesbury St. con Common St., donde están los autobuses.  Allí vimos algunos y luego nos trasladamos al estacionamiento de la nueva estación de tren, donde, en el cuarto nivel, estaban los otros vehículos”, continuó diciendo Jackson que de vez en cuando lucía nervioso y el Juez Fooley tenía que intervenir para repetirle la pregunta del abogado Cain.

El abogado Cain regresa a la pregunta del abogado de la Fiscalía sobre el proceso que debió seguirse con estos vehículos: “Cuando ustedes hablaron, ¿le explicó usted en algún momento al Sr. Bonilla cuál era el proceso a seguir en la venta o subasta de vehículos incautados por la policía?”

“No”, respondió Jackson.

¿Por qué no se lo explicó?”, preguntó Cain.

“No quería meterme en problemas.  Yo quería respetar los rangos”, agregó Jackson.

El abogado Cain además preguntó a Jackson por qué no se quejó ante Romero por las supuestas presiones de Bonilla hacia él.  Jackson de nuevo respondió que no se quería meter en problemas porque Bonilla era amigo del Alcalde.

“¿Participaba usted en las reuniones del Jefe Romero con los altos oficiales de la policía?”, preguntó el abogado defensor.

“Sí, nos reuníamos 2-3 veces a la semana”, dijo Jackson.

Y volvió el abogado Cain: “¿Vio usted alguna vez al Subjefe Bonilla en esas reuniones?”

“No recuerdo haberlo visto.  No, creo que no.”

“¿Cómo eran sus relaciones con el Jefe Romero?”, continúa Cain.

“Eran buenas. Nos llevábamos bien”, respondió.

¿Y qué me dice del Jefe Romero con el Subjefe Bonilla? ¿Cree que había alguna mala relación entre ellos?”

“No sé”, dijo.

Jackson dijo que él era además quien estaba encargado de la flota de vehículos del Departamento. Coordinaba reparaciones y mantenimiento de los vehículos.

“¿Cómo usted describiría las condiciones de estos vehículos incautados por la policía?”, preguntó Cain.

“Algunos se dañaron en medio de la calle cuando eran conducidos al negocio de Peña. Recuerdo que por lo menos a dos de ellos hubo que ponerles los cables a la batería”, dijo Jackson.

“Usted tuvo la oportunidad de hablar con el Jefe Romero, con el City Hall y con el Capitán Vasque de que éste era un ‘mal negocio’.  Usted sólo dijo ‘Esto huele mal’ y nada más”, dijo el abogado Cain.  “¿Cuántas veces se reunió usted con Peña?”

Jackson dijo que se vio con Peña por lo menos unas 6 veces.”

Jackson dijo que después de reunirse con Peña, en algún momento que no recordaba exactamente, el Jefe John Romero,  le preguntó sobre cómo iba el intercambio de los vehículos con Santo Domingo Motors.  “Ya es un hecho. Todo está listo.  Dijo que Romero se molestó con él, alarmado porque no se había hecho una tasación de todos los vehículos que serían intercambiados, los de la Policía y los de Peña.

El abogado Cain pide permiso al juez para entregar un papel a Jackson.  Permiso otorgado. “Por favor lea este documento en silencio hasta la línea 5.  Sobre la investigación de este caso, usted testificó ante un gran jurado el 25 de abril del 2012 que el Jefe Romero estaba molesto con usted.  Pero no dijo que se sentía intimidado por Bonilla”, dijo Cain.

 

Habla Wayne Demers, el evaluador de los carros

Sube al estrado el testigo de la Fiscalía Wayne Demers, de Motta Auto Body en Methuen, Massachusetts, el hombre que Jay Jackson buscó para evaluar los carros a ser intercambiados con Santo Domingo Motors.  Dijo que ha estado haciendo trabajos de desabolladura y pintura desde el 1979.  Demers dijo que conoce a Jackson por algunos años porque él lleva los vehículos de la Policía de Lawrence a su taller para reparaciones.

A la pregunta de la defensa, Demers dijo que él no está licenciado por el estado para hacer tasaciones de vehículos o “appraisals”.  Dijo que por sus tantos años de experiencia, Jackson llevaba vehículos donde él, no sólo para ser reparados, sino para ser evaluados.  Dijo que Jackson le explicó el intercambio de vehículos que se iba a hacer con Santo Domingo Motors y le pidió que evaluara los vehículos de la policía y los Impalas que pondría Abelardo Peña.

“Cuando Jackson fue al negocio a hablarme, ya los vehículos de la Policía habían sido trasladados a los terrenos de Peña.  Fuimos primero al lote de Santo Domingo Motors en Haverhill St. con West St.  Allí había algunos carros de los que había aportado la Policía.  Les tomé fotos, la información del vehículo e hice una investigación a través del internet para saber cuál era el valor aproximado tomando en cuenta el año, millas y condiciones”, dijo Demers.

Repitió que Jackson le dijo la importancia de tener algo escrito sobre los vehículos, aunque fuera un pedazo de papel con algo escrito a mano.  Demers le dijo que era algo ridículo hacer esta evaluación después que ya se ha concretizado el acuerdo de intercambio.  Demers calificó la mayoría de los carros de la policía como “rolling junk” o “basura rodante”.

Demers dijo que él también vio los Chevrolet Impalas que Peña proveyó en el intercambio.  Aunque lucían sucios por fuera y las baterías estaban “muertas”, los carros eran nuevos.  “Jackson me dijo de nuevo que no me preocupara mucho por eso… no necesitan nada muy complicado.  Sólo algo escrito, para poner en los archivos”, dijo Demers.

Demers dijo que no manejó ninguno de los vehículos, incluyendo los Impalas que pondría Peña en el “deal”.  Demers también dijo que él nunca se vio con Bonilla, sino con Jackson.

 

Habla el Capitan Roy Vasque

Sube al estrado otro testigo de la Fiscalía. Se presenta ante el jurado: “Mi nombre es Roy  Vasque.  He estado trabajando para la Policía de la Ciudad de Lawrence por 23 años, 11 ó 12 de ellos como Capitán.  Estoy encargado de la Unidad de Operaciones Especiales; la Unidad de Drogas, la Unidad Marina, Control de Animales y los taxis”, dijo Vasque quien, según supimos de una fuente confiable, cambió su nombre cuando se hizo ciudadano de Estados Unidos, sustituyendo su primer nombre y eliminando la “z” de su apellido.

Y de inmediato la esperada pregunta: “¿Cómo se enteró usted de este intercambio de vehículos?”

“Bonilla me llamó a su oficina y me dijo del plan de mejorar la flotilla de vehículos en el Departamento, y que comenzaría haciendo un intercambio de vehículos incautados por otros nuevos.  Al principio me contó que trataría de conseguir carros Crown Victoria, no Chevrolet Impalas”, dijo Vasque.

“¿Qué le dijo usted sobre esta idea?”, preguntó Sheehan.

“Bonilla no estaba contento con mi respuesta.  Le dije que el proceso a seguir era reportar los vehículos a la oficina del DA (la Fiscalía Distrital) y esperar ‘un award letter’ autorizando subastar los vehículos con el 50% de las ganancias yendo al DA”, dijo Vasque.  Y agregó: “Bonilla me dijo ‘esta es la forma cómo se va a hacer’ y me ordenó reunir todos documentos y las llaves de los vehículos y entregárselos a Jackson”.

Turno de la defensa de Bonilla.

A la pregunta del abogado Cain sobre el carácter y estilo de trabajo de Bonilla, Vasque dijo, “No recuerdo haber visto a Bonilla en problemas de disciplina mientras trabajé a su lado en la Unidad de Taxis.  Siempre lo vi preocupado por mejorar las cosas a su alrededor”, dijo Vasque.

“¿Participaba usted en reuniones con el Jefe John Romero?”, preguntó Cain.

“Sí, de vez en cuando participaba en reuniones con el Jefe Romero para analizar estadísticas sobre el crimen y planes para enfrentarlo”, respondió Vasque.

“Hemos sabido que el entonces Subjefe Bonilla no era invitado a estas reuniones de altos oficiales. ¿Qué tiene qué decir al respecto?, preguntó el abogado Cain.”  Vasque dijo que efectivamente, él no veía a Bonilla en estas reuniones, pero no sabía que el jefe Romero lo había excluido.

“¿Cuántas veces se reunía usted con el jefe Romero?  Unas 2-3 veces al día, dependiendo de los asuntos pendientes”, respondió Vasque.

Cain preguntó a Vasque si había una política por escrito sobre cómo la policía se iba a deshacer de los vehículos incautados en el mundo del crimen.  “Que yo sepa no había nada escrito para guiarnos sobre qué hacer con los vehículos incautados.  Sólo sé que normalmente se comunica  a la Oficina del Fiscal Distrital.”

A la pregunta de por qué no habló con Romero o Jay Jackson sobre su preocupación porque el proceso con el DA no se estaba siguiendo, Vasque respondió que “no quería meterse en problemas”.

“En mis investigaciones supe que usted conoce a Robert Sheehan, propietario de Sheehan’s Towing. ¿Nos podría contar?”, preguto Cain.

“El Sr. Sheehan y yo tenemos una amistad.  El también estaba interesado en hacer un intercambio de vehículos con la Policía.  Yo no estaría de intermediario.  Creo que alguien me advirtió de eso.  La verdad es que no recuerdo los detalles de quién sería”, dijo Vasque.

 

Testifica Horace Privitera

            “Mi nombre es Horace Privitera, un detective retirado de la Policía de la Ciudad de Lawrence.  Manejé todo lo que tenía que ver con dinero y carros incautados donde operaciones de la Unidad de Drogas”, fue la introducción dada por el testigo de la Fiscalía.

“¿Es cierto que Vasque le contó a usted sobre el plan de de intercambio de carros de Bonilla?”, preguntó el abogado Shaheen.

Privitera respondió para sólo decir, “No era parte de mi posición cuestionar la orden de un superior”.  Y agregó: “Bonilla era el Subjefe de la Policía.  No era mi papel cuestionar sus planes”.

Dijo que Bonilla le pidió acompañarle donde Peña y revisó la lista de carros incautados y los de Peña.

Privitera dijo que él no habló con Romero, ni con la Oficina de Fiscal ni con nadie más de que el proceso correcto no se estaba siguiendo.  “No era mi trabajo cuestionar a mis superiores. Todos están por encima de mi en rango”, dijo Privitera.

 

Testifica Walter Callahan

            El abogado de la Fiscalía Jack Dawley le pide que se introduzca: “Mi nombre es Walter Callahan y trabajo como Gerente del Departamento de Compras de las Escuelas Públicas de Lawrence.”

“¿Fue usted consultado en la realización de este intercambio de carros?”, pregunta Dawley.

“No, Señor”, respondió Callahan.

“¿Fue usted consultado anteriormente por otras oficinas de la ciudad durante la administración del Alcalde Lantigua?”

“Sí”, dijo.

“¿Existe algún límite en cuánto al valor de compras que requieran la intervención de un gerente de compras licenciado por el estado?”

“Sí, son $5,000.  Pero esto no significa que todo el mundo busca a un agente de compras”, dijo Callahan.

Por su lado, el abogado Cain preguntó a Callahan sobre el proceso seguido en este caso.  “Los carros incautados pueden ser puestos en subasta pública, como lo hacen otras municipalidades, y esta es una manera legal de eliminación sin tener que consultar a un gerente de ventas licenciado”, respondió Callahan.

Fin de los testimonios.  Antes de partir a casa, el Juez Fooley explica a los testigos los procedimientos de confidencialidad de no habar con nadie, no ver televisión, no escuchar radio, no navegar en el internet en busca de información sobre el caso o las personas que en él están involucrados.  Les dio el viernes libre y les recordó que el lunes a las 9am reinicia el juicio.