Somos pequeños pero atrevidos

Lawrence es una pequeña ciudad de menos de 7 millas cuadradas.  Dentro de sus paredes han ocurrido hechos históricos que han conmovido a la ciudad, el estado, la nación y hasta el mundo entero.

Después de la construcción de la Gran Presa de piedra para aprovechar la energía del agua del Río Merrimack, el 1 de agosto de 1845, la Compañía Essex comenzó a vender la energía del agua para las varias fábricas que brotaron junto al río.  La ciudad recién fundada llamada Lawrence se convirtió en la joya del Estado.  En consecuencia, miles de inmigrantes inundaron los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo 19, provenientes de casi todas las naciones de Europa, hasta el punto de que ha tenido más inmigrantes de una mayor variedad de países en el mundo per cápita que cualquier otra ciudad de su tamaño en la Tierra.

Los inmigrantes trajeron su cultura y tradiciones que hacen de esta una ciudad tan rica y afortunadamente todavía celebramos sus fiestas.  La Fiesta de los Tres Santos entra en su año 91, y el festival de St. Anthony’s Mahrajan ya celebró 40 años, coincidiendo ambos en el fin de semana del Día del Trabajo, un producto de la huelga de The Bread and Roses en 1912 también conocida como la huelga textil de Lawrence, una de las acciones laborales más importantes de la historia americana.

Hace más de 60 años, las potentes máquinas de las fábricas quedaron en silencio dejando a Lawrence una ciudad casi desierta después que miles de habitantes se mudaron los edificios quedaron abandonados hasta que inversores llegaron con nuevas ideas, convirtiendo los históricos edificios en el viviendas, salones de clase, oficinas, etc. que se están llenando de nuevos inmigrantes, esta vez de Centro y Sur América y el Caribe.

Estos nuevos estadounidenses trajeron su cultura y tradiciones creando sus propios festivales con Semana Hispana siendo el más viejo con 35 años de edad.  Acabamos de celebrar la 8ª Feria Internacional del Libro, un festival de tres días con autores que residen en diferentes partes del mundo que convergieron en Lawrence para compartir sus experiencias.

Es nuestra responsabilidad hacer todo lo posible para continuar apoyando a las tradiciones que encontramos cuando llegamos y también apoyando las nuevas.  Recuerde, estamos escribiendo una nueva historia de Lawrence. ¡Ponga su granito de arena para que sea una buena!