Por Dalia Díaz
Durante los últimos cinco años, SquashBusters ha estado reclutando estudiantes de escuelas públicas en un programa después de clases que los lleva a Brooks School en North Andover, Phillips Academy in Andover, and Cedardale in Haverhill tres veces por semana durante el año escolar. En este momento, hay 85 estudiantes del 6to al 11vo grado que participan y el programa se espera que crezca a 100. Ellos asisten a las escuelas de Arlington, Wetherbee, Lawrence High School, la Academia de Abbott, Greater Lawrence Technical High School, Notre Dame Cristo Rey y Central Catholic High School.
La participación es voluntaria y el esfuerzo de reclutamiento de SquashBusters comienza con el aporte del maestro y luego involucra a la familia ya que son clave para alentar a sus hijos en su éxito. No colocan demasiadas demandas en los padres aparte de una cuota de $20 por familia y que asistan a un juego de vez en cuando para ver lo que sus hijos están logrando. Luego, siguen a cada estudiante desde la escuela primaria incluso su vida universitaria hasta los 25 años de edad, documentando su progreso y estando disponibles cuando necesitan ayuda.
La programación de SquashBusters, mientras que el juego de squash es “el gancho”, según Dora Lubin, la directora ejecutiva del programa en Lawrence, los estudiantes pasan la mitad de su tiempo haciendo la tarea o recibiendo tutoría para asegurar su éxito escolar; el resto del tiempo, aprendiendo las reglas y jugando squash. Este es un juego de ritmo rápido similar al tenis, pero en una cancha más pequeña y mucho más activo, lo que resulta en un gran entrenamiento físico. “Una de las lecciones más importante que aprenden es cómo mostrar gran espíritu deportivo, ganando o perdiendo”, dijo la Srta. Lubin. Cada estudiante participa en al menos 4 partidos o torneos cada año.
SquashBusters espera tener una buena comunicación con los padres y su cooperación en la programación de citas dentales o médicas que no interfieran con la agenda del estudiante. Varias veces al año, organizan eventos especiales para celebrar juntos, incluyendo una cena estilo “pot luck” en noviembre donde cada familia trae un plato para compartir y una ceremonia de premios en junio.
Desafortunadamente, un inconveniente es la tasa de atrición debido a la alta movilidad de las familias. Cada año pierden unos cuantos estudiantes cuando las familias se mudan a otro sistema escolar u otra ciudad. SquashBusters pierde a esos jugadores, pero para el niño se convierte en una pérdida mayor.
Esta oportunidad viene a nuestros estudiantes gracias a la generosidad del Consejo de Liderazgo de SquashBusters de Lawrence.