Es época de fiestas y los hijos han regresado a casa. ¿Cómo está su salud mental?

Es época de fiestas y los hijos han regresado a casa. ¿Cómo está su salud mental?

Del Dr. Donald Tavakoli, director médico nacional de salud conductual, UnitedHealthcare

 

A medida que se acercan las fiestas, los estudiantes de todo el país están terminando sus ensayos y exámenes y preparándose para unas largas vacaciones. Para muchos, es un momento para descansar, recargarse y ponerse al día con amigos y familiares. También puede ser una oportunidad para que los adultos se informen sobre lo que afecta a la salud mental y al bienestar de los estudiantes.

 

En la universidad, la vida de nuestros hijos está llena de nuevas experiencias. Aunque es un momento emocionante para muchos, navegar las presiones académicas y la nueva independencia también puede provocar problemas de salud mental, como ansiedad o trastornos del estado de ánimo que podrían necesitar atención adicional.

 

Según un informe de salud reciente de America’s Health Rankings®, los adultos jóvenes (18-25 años de edad) experimentaron las mayores preocupaciones de salud mental y de comportamiento comparado con los otros grupos de adultos, y fueron más propensos a reportar angustia mental frecuente, depresión, necesidades de salud mental insatisfechas, pensamientos suicidas y trastorno por consumo de sustancias.

 

Muchos asumen que podrían reconocer si su hijo sufre de problemas como la depresión o la ansiedad, pero estos desafíos a menudo pueden no ser detectados por los padres. Una encuesta de estudiantes universitarios y padres de estudiantes universitarios reveló grandes disparidades en las percepciones de los padres sobre los problemas de salud mental de los estudiantes.  Los padres tenían el doble de probabilidades de decir que su hijo no experimentó una preocupación de salud mental o de comportamiento en el último año, comparado con lo que los estudiantes reportaron sobre sus propias experiencias. Esta diferencia es algo más que una brecha generacional — cuando se trata de depresión, abuso de sustancias, trastornos alimenticios o pensamientos suicidas, no saber lo que los estudiantes están pasando puede tener serias implicaciones.

 

Abrir la puerta a conversaciones honestas es un primer paso importante, al igual que mantenerse sintonizado al comportamiento. Algunas señales comunes de advertencia a desarrollar enfermedades mentales incluyen tristeza persistente, renuncia a las interacciones sociales, estallidos de irritabilidad extrema, cambios drásticos de estado de ánimo, comportamiento o personalidad, cambios en los hábitos alimenticios, dificultad para dormir, dolores de cabeza o de estómago frecuentes, dificultad para concentrarse, cambios en el rendimiento académico o evitar o faltar a la escuela.

 

Aquí le presento algunos consejos para tener en cuenta al abordar la salud mental con su hijo:

 

Inicie la conversación haciendo preguntas. La salud mental es un tema delicado que su hijo podría no querer discutir. Como padre, ayude a su hijo a sentirse cómodo y aborde el tema con empatía y curiosidad. Considere hacer preguntas que los alienten a compartir experiencias en lugar de responder con respuestas “sí” o “no”:

  • “¿Cómo estás manejando el equilibrio entre la escuela y la vida social?”
  • “¿Puedes contarme de algunos amigos que has conocido y lo que les gusta hacer juntos?”
  • “He notado que no te estás sintiendo bien últimamente, ¿puedes compartir lo que tienes en mente?”

 

Valide los sentimientos de su hijo y hágale saber que está bien sentirse molesto, ansioso, asustado o enojado. Evite discutir sobre cómo deben sentirse y manténgase abierto a discutir lo que los hace sentir de esa manera. Aunque no puedan responder, sepa que están escuchando. Si su hijo duda en discutir sus cambios emocionales o de comportamiento con usted, continúe brindándole apoyo y alentándolo a hablar con alguien en quien confíe que podría entender mejor sus circunstancias, como un adulto diferente, un consejero escolar o un médico.

 

Elabore un plan por si necesite tomar medidas. Después de escuchar cuidadosamente y evaluar la situación, está bien tener solo algunas de las respuestas. Para prepararse para el regreso a clases, asegúrese de que ellos sepan qué recursos tienen disponibles si necesitan ayuda — ya sea saber cómo acceder al apoyo disponible en la universidad o en el campus, o conocer las opciones de cuidado que existen a través de su seguro.

 

Por ejemplo, pueden tener soluciones digitales de autoayuda o acceso a visitas virtuales a través del plan de sus padres o en el plan de salud estudiantil. Si tiene alguna pregunta acerca de los recursos, por favor hable con su médico, compañía de seguros o póngase en contacto con la universidad para entender mejor su cobertura.

 

Si bien las conversaciones sobre la salud mental pueden no ser fáciles, son esenciales. Es más probable que nuestros hijos acudan a nosotros en busca de apoyo si nos acercamos a ellos con empatía y apertura.

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