Todos los años, durante los meses de verano, empleados de la ciudad, grupos comunitarios, asociaciones de vecinos, se enfrascan en limpiar ciertos sectores de la ciudad. Aunque estos voluntarios en conjunto realizan una labor admirable, lo cierto es que el fruto de sus esfuerzos no dura por mucho tiempo. A los pocos días, la ciudad comienza a ser objeto de arrojos ilegales.
Las imágenes en Trash it out! que presenta José Ayala en Facebook muestran arrojos en May St. a lo largo de la cerca con el cementerio; en la Calle Bruce entre Berkeley y Cornish y el último, en un callejón situado entre las calles Salem y Springfield. Esto demuestra la falta de escrúpulos de ciertos individuos que arrojan su basura por doquier sin pensar que, si son sorprendidos, las multas que pueden recibir son mucho más de lo que les costaría pagar a la ciudad por recogerlas.
En su portal web, la Ciudad de Lawrence hace un detallado listado de artículos y el precio que cuesta deshacerse de ellos. En otras palabras, cuánto cobra la ciudad por recoger esos artículos que algunas personas con riesgo de ser multadas, tal vez por desconocimiento, arrojan en la vía pública. Y lo más triste del caso, los COLCHONES, que son los artículos que con más frecuencia se ven por todas partes, son recogidos GRATIS por la compañía que recoge la basura. Sólo tiene que llamarlos y hacer una cita con ellos.
Pero mientras esto suceda, la ciudad debe actuar con mano dura, fijando carteles que prohíban el arrojo ilegal de basura y estableciendo multas para los violadores. Pero la ciudad no puede hacerlo sola, necesita de la ayuda de todos sus ciudadanos. Es hora de que rescatemos nuestra ciudad de las manos de personas inescrupulosas, que muchas veces, vienen de ciudades vecinas a arrojarnos su basura. Es hora de mantenernos alertas y a cualquier vehículo que veamos arrojando basura, tomarle el número de la placa y comunicarlo a las autoridades, para que estas actúen en consecuencia.