Después de 24 años de trabajo, en 1994 Alberto decidió retirarse. Dalia, muchísimo más joven, trabajaba para el Departamento Escolar. Su trabajo era resaltar las cosas buenas que hacían en pro de la educación de nuestros niños. Para ello, escribía partes de prensa que enviaba a cuanto periódico circulaba en la ciudad, De más está decir, lo mucho que sufría cuando sus partes de prensa eran ignorados. Mi respuesta a ella era siempre la misma, si te ignoran, comienza tu propio periódico.
Después de repetir mi consejo por dos años consecutivos, por fin, en 1996 quedó decidido. El nombre Rumbo fue escogido. El primer problema que se nos presentó fue, donde imprimirlo. Nos fuimos a LaPlume and Sons Printing Co., buscando consejo. “Ustedes lo que necesitan es una imprenta donde se imprimen periódicos” nos dijeron en LaPlume.
Por suerte, charlando con un amigo, éste nos recomendó Seacoast Media Group, in Porthmouth, N.H. Allí comenzamos a imprimir y allí continuamos.
Nuestra primera edición, fue dedicada al desastre de la Malden Mills y de cómo su propietario Aaron M. Feuerstein estaba luchando para mantener a todos sus empleados en la nómina hasta completar la reconstrucción.
El tiempo realmente vuela. Es difícil comprender dónde los años han ido excepto por las memorias que dejaron, los preciosos eventos que hemos cubierto, la maravillosa gente que hemos conocido y los buenos amigos que encontramos en el proceso. Nuestra motivación desde el comienzo fue informar a los residentes de las noticias locales y como tal, nos concentramos en los sucesos del Valle de Merrimack.
Veinticuatro años más tarde, nuestro interés no ha cambiado y nos enorgullecemos de tratar arduamente de traer las buenas nuevas sobre nuestros vecinos y romper las barreras del idioma que a veces nos separan.
Durante todos estos años hemos aprendido muchas cosas. Comprendemos a esta comunidad mucho mejor que antes. Cubriendo eventos ha sido la forma más fácil de ver nuestras diferencias y también las similitudes. Ansiamos y trabajamos por las mismas cosas en la vida y cuando nos tratamos con respeto, vemos que somos iguales sin importar qué idioma hablamos
Vinimos a vivir a Lawrence porque nos gustó la ciudad. A medida que aprendimos ‘cómo funciona’, llegamos a sentir un profundo respeto por su historia y deseamos contribuir para que futuras generaciones aprecien lo que dejemos atrás. Cuando comenzamos, el futuro era inseguro; nadie podía predecir el éxito, particularmente cuando ninguno de nosotros teníamos noción de periodismo, pero la necesidad de información local existía y nos aventuramos.
Eso no ha cambiado todavía no nos consideramos periodistas pero nuestros corazones están en el lugar apropiado esperando que esta ciudad sea un poquito mejor porque Rumbo estuvo aquí una vez. Gracias a todos los que han ayudado a que estos veinticuatro años hayan sido una bella experiencia. Ya sea con sus anuncios, escribiendo para el periódico, o simplemente estando disponible cuando buscábamos alguna información, la gente de esta ciudad fomentan nuestro compromiso de continuar haciendo todo lo mejor que podamos.
El año 2020 nos trajo una sorpresa para la cual nadie estaba preparado, el COVID-19. No solamente por seguridad personal, sino porque los sitios de distribución estaban cerrados, decidimos cancelar la edición impresa de Rumbo, la última fue la edición #710 del 15 de marzo.
No por eso no dejamos de publicar el periódico, esta vez en su edición digital. Nuestro compromiso con la comunidad de llevarle información no ha variado en absoluto.
Como no somos magos, no podemos predecir cuándo comenzaremos a imprimir de nuevo. Eso lo dejamos al Ser Supremo que rige nuestros destinos.