Los accidentes automovilísticos que ocurren en las principales calles de Lawrence, nos han hecho reflexionar.
El chofer paga por la licencia de conducir. Paga el seguro. Paga la matrícula del auto que conduce. Paga impuesto por tener un vehículo rodando y por el combustible que este consume. En otras palabras, paga por circular en la calle. ¡La calle le pertenece!
Después de dicho esto, queremos dejar bien claro que esa propiedad no le da derecho al chofer a violar las reglas de tránsito y una de ellas es el exceso de velocidad. Si quiere comprobarlo, dese una vuelta por Mt. Vernon St. donde el límite está posteado a 30 millas por hora. El que viene detrás, en algunos casos, no lo estima así y comienza a tocar el claxon. Si usted no aumenta la velocidad, él lo pasará aunque tenga que cruzar la doble raya amarilla, exponiendo su vida, la de él y la del que puede venir de frente.
Un alivio, para los choferes desesperados que viajan por la mencionada calle desde el este en dirección oeste, al aproximarse a Beacon St. es cuando llegan a McCarthy Rd, y es tomar una derecha a alta velocidad para adelantarse al tráfico al tomar una derecha en Beacon St., sin importarle que están poniendo en peligro la vida de niños o de animales, que puedan estar cruzando la calle. Esta corta calle debería ser de una sola vía.
Pero no solo el chofer tiene responsabilidades, el peatón también las tiene. No cabe duda que la acera le pertenece al peatón, de gratis. Tiene todo el derecho de caminar por ella, sentarse en el suelo o en un banco pero antes de poner un pié en la calle, debe cerciorarse que puede hacerlo con seguridad.
Hay muchos que, confiados en que la ley los protege con marcas en la calle, abandonan su zona segura y se lanzan a cruzarlas sin mirar, mejor dicho, sin mirar para la calle, ya que algunos van mirando la pantalla de su celular poniendo con esto su vida en manos del chofer, que como ser humano, necesita tiempo para reaccionar. Nos preocupa el desprecio y desafío que algunos muestran hacia los choferes que no se detienen al instante al hacerlo.
¡Por favor! Si usted es peatón, ponga extremo cuidado al cruzar la calle. Usted no sabe si el chofer del auto que se le viene encima es el que cede el paso a niños, mujeres, hombres, ancianos y todo tipo de animales. Ese chofer puede que sea otro; uno que no respeta las reglas del tránsito, que puede estar dormido borracho o entretenido hablando por el teléfono celular.
Está demostrado, un encuentro entre un vehículo y un peatón, la mayoría de las veces resulta fatal para este último. El chofer puede ser hallado culpable, pero está vivo.
¡Usted… bueno, que Dios lo coja confesado!