El Día de San Valentín, —o simplemente San Valentín— de acuerdo con Wikipedia es una festividad de origen cristiano que se celebra anualmente el 14 de febrero como conmemoración de las buenas obras realizadas por San Valentín de Roma, que están relacionadas con el concepto universal del amor y la amistad.
Este pasado 14 de febrero fue muy especial. Para muchos, desde el día anterior, su pensamiento estaba ocupado en hacer reservaciones en restaurantes, comprar flores y/o perfumes, una corbata o una camisa para obsequiar a su ser más querido, en otras palabras, las cosas que tradicionalmente se hacen el día 14 de febrero.
Dio la casualidad que ese día también se llevó a cabo el sepelio de James McCue, nativo de Lawrence y veterano de la Segunda Guerra Mundial, que milagrosamente resultó ileso después de participar en las batallas más sangrientas libradas en territorio europeo contra el imperio nazi.
La noticia de que McCue no tenía ningún familiar que pudiera estar a su lado causó consternación. Al darse a conocer a través de las redes sociales, la respuesta no se hizo esperar. Cientos de ciudadanos así como veteranos y miembros activos de distintos cuerpos de seguridad, unidos en hermandad se apresuraron a estar con él y mostrar al mundo de que no estaba solo.
Ya en el Cementerio Bellevue donde se llevó a cabo el sepelio, dos cosas nos llamó la atención: El corazón rojo con el mensaje de Feliz Día de San Valentín, flotando alegremente en la brisa, en una esquina de la tienda que cubría a Doris Sevigne.
Tal vez luzca mágico, pero el mensaje está claro. El entierro de James y la entrega a Doris de la bandera que cubrió su féretro, no es sino una manifestación sublime de amor y amistad.