El título es una frase muy común que decimos y escuchamos cada año por estas fechas. Después de un largo y frío invierno, las primeras señales de la primavera están en el aire, con mañanas y tardes frías, mientras que la temperatura sube al mediodía. Estas señales son las que motivan a la mayoría de las personas a salir y comenzar a recoger lo que estaba escondido bajo la nieve.
Desafortunadamente, esta va a ser una primavera para ser recordada no por lo que vamos a disfrutar, sino por lo dejemos de hacer. Y todo por un “dichoso” virus, tan pequeño e invisible que no vemos ni sentimos cuando penetra en nuestro organismo, ni quien nos lo transmitió y que puede costarnos la vida.
Como medida preventiva, las autoridades han tomado medidas que parecen extremas, tan extremas que lucen incompresibles, tales como prohibir aglomeraciones de personas no solo en espacios cerrados sino aquellas que se llevan a cabo en la intemperie, como juegos de pelota, soccer, y hasta golf.
Algo que extrañaremos enormemente es el desfile anual de San Patricio que en ciudades como New York se vienen celebrando desde 1762. En Lawrence, la decisión de cancelar el desfile se tomó con mucha precaución y en un esfuerzo por mantener saludables a los residentes de la Ciudad de Lawrence y el Gran Valle de Merrimack.
Como es lógico, las autoridades locales siguen el ejemplo de las autoridades que a nivel nacional están implantando, medidas radicales para proteger la ciudadanía, al igual que otros países que están siendo afectados, aún más que nosotros, y por evitar llegar a sus niveles.
El cólera, la peste bubónica, la viruela y la gripe son algunos de los asesinos más brutales de la historia humana. Los brotes de estas enfermedades a través de las fronteras internacionales, se definen adecuadamente como pandemia, especialmente la viruela, que a lo largo de la historia, ha matado entre 300-500 millones de personas en sus 12,000 años de existencia.
Afortunadamente, las autoridades a nivel mundial han aprendido del pasado, que la forma más efectiva de controlar las epidemias, es aislar a los infectados.
La recomendación que oímos de los expertos es distanciamiento social sobre todo para grupos vulnerables (personas mayores y personas con enfermedades crónicas), aislamiento de domicilios y eventualmente de pueblos o ciudades con un alto número de infecciones (como está haciendo Italia actualmente).
Mantengamos comunicación con nuestros seres queridos, familiares y amigos, estemos atentos de sus necesidades pero reservemos las visitas para cuando el tiempo mejore, es nuestra recomendación.