Hace varios años, la época de Navidades comenzaba un día después del Día de Acción de Gracias, y la parada ese día en la Ciudad de New York, auspiciada por la tienda Macy’s, era la señal.
Hace varios años, específicamente desde el 2003, con el nacimiento del Viernes Negro eso ha cambiado y las tiendas por departamento empiezan a ofrecer grandes rebajas al que llegue primero, motivando con ello a los compradores; así como las estaciones de radio comienzan a tocar villancicos.
No es que estemos en contra de esto, aunque las costumbres cambian, los sentimientos prevalecen. Sólo queremos apuntar que no debemos olvidar en nuestra lista a los más necesitados. Hay familias que este año no tendrán una Cena de Dar Gracias o de Navidad y peor aún, una casa donde celebrar en familia. Aunque se están organizando cenas de acción de gracias para los directamente afectados, nunca será lo mismo.
La situación por la que cientos de familias están atravesando desde el 13 de septiembre en Andover, Lawrence y North Andover es sencillamente deprimente. La magnitud del desastre ha sido tan grande que no es fácil reparar el daño y pasará mucho tiempo para que la pesadilla que estamos viviendo ahora sólo quede en el recuerdo.
Nosotros particularmente no fuimos afectados. Aunque vivimos en el sur de Lawrence, nunca utilizamos gas sino aceite para la calefacción y electricidad para el resto de nuestras necesidades. De esta última solo carecimos por dos días, por eso podemos comprender mejor que nadie las vicisitudes por las que están pasando nuestros vecinos.
No queremos pasar por alto y no mencionar la tragedia que se está viviendo en California, donde pueblos enteros con algunos de sus habitantes han desaparecido del mapa a causa de los incendios.
Este año vamos a cenar por el Día de Acción de Gracias, por aquello de conservar la tradición no por celebrar, sino por recordar y compartir el sufrimiento por el que tantos están pasando.