Recordemos a nuestros héroes

Setenta y tres años atrás, durante las primeras horas del amanecer del domingo, 7 de diciembre, 1941, fuerzas del Imperio Japonés lanzaron un sorpresivo y devastador ataque aéreo contra la base naval de Pearl Harbor, en Hawaii, hogar de la flota del Pacífico.  Cuando el ataque terminó, las bajas del lado de los Estados Unidos eran 2,403 muertos y 1,178 heridos en acción, además de una larga lista de buques perdidos totalmente y/o dañados, así como una gran cantidad de aviones.


Aunque no fue un ataque a Norte América, ya que Hawaii era territorio de los Estados Unidos y no un estado miembro de la unión en esa época, provocó a los Estados Unidos a declarar la guerra a Japón, luego de un apasionado discurso ante el Senado por el entonces Presidente Franklin D. Roosevelt.

En Septiembre 11, 2001, otro día que vivirá en la ignominia, esta vez el territorio continental de los Estados Unidos fue atacado en una serie de ataques suicidas contra las Torres Gemelas en New York y el Pentágono en Washington por miembros de al-Qaeda con el resultado de la pérdida de casi 3,000 civiles.  Los Estados Unidos respondieron con una guerra abierta contra el terrorismo.

Más cerca de casa, en Boston, el 15 de abril, 2013 durante la celebración del Maratón de Boston dos explosiones ocurrieron, deteniendo la carrera mientras se atendían a más de 200 personas que resultaron heridas además de 3 espectadores que resultaron muertos.

La diferencia entre estos ataques es que el primero vino de un país fácil de identificar y destruir, aunque a un alto costo.  Los terroristas están en todas partes, y provienen de todas partes.  Los ataques llevados a cabo en New York fueron perpetrados por 19 extranjeros provenientes de Saudi Arabia, United Arab Emirates, Egipto y Líbano que salieron desde Boston en vuelos separados y el del Maratón de Boston por dos estudiantes provenientes de Chechenia, una región de Rusia que vivían en el área.

En estas Navidades, cuando las familias tienden a reunirse y disfrutar de paz, elevemos una oración por aquellos que setenta y tres años atrás lo dieron todo defendiendo nuestros principios e ideología y también para aquellos que entraron a las torres en llamas, cuando todos estaban tratando de salir de ellas así como por nuestros héroes locales que fueron en ayuda de las víctimas de las bombas del Maratón.  ¡No los olvidemos por su sacrificio y por lo que han hecho por la humanidad!