Con excepción de los reinados que siempre han estado concurridos, este año las actividades de Semana Hispana nos han parecido un tanto carente de apoyo por la comunidad para la cual está dirigida.
Comencemos con la Cena de Gala, para muchos un error ya que desde el comienzo siempre se llenó el salón de actos de la Escuela Central Catholic High School durante un almuerzo, llamado VIP Luncheon, donde se sudaba copiosamente debido al calor
Durante los primeros años, compañías grandes del área compraban mesas y enviaban a sus empleados en señal de buena voluntad y cooperación. En respuesta, los obsequiábamos con presentaciones culturales, y largos discursos mientras la comida se enfriaba.
En este país, de acuerdo con los beneficios que brindan a sus empleados, algunas compañías dan a su personal hasta una hora para almorzar. Las presentaciones culturales y los discursos tomaban mucho más de ese tiempo dando por resultado que los comensales regresaban a los trabajos llenos de cultura, pero con el estómago vacío.
Los que no teníamos que atenernos a una hora de almuerzo, sencillamente comíamos frío. Como resultado final, las compañías grandes que compraban mesas dejaron de hacerlo mientras que los que asisten comprando sólo los asientos (platos) que necesitan nunca llenaron el vacío que dejaron esas compañías, al contrario, muchos han dejado de asistir.
El primer año que se cambió de almuerzo para comida – el VIP Luncheon a Cena de Gala – a pesar de varias protestas, para muchos fue un éxito. Se hacía en un sitio con Aire Acondicionado, las damas hacían gala de su buen gusto al vestir mientras que los caballeros se veían obligados a usar cuello y corbata.
Surgió otro problema. Mejor dicho, el mismo continúa pero a distinta hora. Las presentaciones artísticas, los reconocimientos, los discursos, las proclamas políticas, no debemos olvidar esto, tal parece que el mundo se hunde si los políticos no se aparecen con sus proclamas impresas en el sótano de su casa.
Este año, los que asistimos a la Cena de Gala y llegamos a la hora indicada en el programa nos encontrarnos con un vistoso salón lujosamente adornado pero vacío. La comida, para mantenerla caliente estaba re-cocinada, ya que para servirla tuvimos que esperar a muchos que piensan, “Dicen que a las 6 pero eso no empieza hasta las 9”. Tal vez sea la razón por la que muchos que antes iban ya no van.
No culpamos a la directiva, que tan arduamente trabaja para complacernos, sino a los que piensan “si dicen a las 6 no empieza hasta las 9”. El día que sirvan a las 7:00 y el que llega a las 9:00 comerá frío y aprenderá.
En cuanto a las noches, lo que hemos notado es una falta de interés de muchos que antes asistían. Comprendemos que no hay muchos mexicanos viviendo en el Valle de Merrimack, pero, ¿dónde está eso que dice Juntos en Armonía? Representantes de otras culturas no fueron a Malaya’s a acompañar a los pocos que allí, celebraban su día.
Los colombianos tuvieron una noche perfecta en el Senior Center; buena audiencia, que consumió la típica comida que allí se sirvió. Ellos siempre han celebrado en sitios pequeños, bajo techo. Pero, qué pasó con los puertorriqueños, que también celebraron allí. Tenían buena música y buena comida, pero recordemos que los puertorriqueños llenaban un parque.
Tenemos entendido que la directiva de Noche Dominicana, estaba buscando un sitio donde celebrar y no querían que fuera en un club nocturno donde se consumen bebidas alcohólicas. Encomiable idea y los felicitamos por eso, pero, habiendo tantos dominicanos en el Valle de Merrimack, como para llenar dos parques, celebrar la noche en un pequeño sitio como 7 Mill St. ¿y que no estuviera abarrotado?
Por último, los peruanos. Nos han acostumbrado a llenar el salón de eventos de St. Mary’s debido a la calidad de sus presentaciones. Como todas las Noches, ellos también cuentan con la venta de la comida, que les ayuda a sufragar los gastos de estas y futuras Noches. Este año, al final de la tarde, la estaban vendiendo a mitad de precio con tal de no desperdiciarla.
Aún por celebrar nos quedan tres días de festival, los días 15, 16 y 17 de junio, justo cuando Rumbo comience a circular; además, la Parada de la Hispanidad el 17. Esperemos que los que han estado ausentes en las noches, bandera de sus nacionalidades en mano, nos ayuden a celebrar los 40 años de Semana Hispana, como la más grande celebración de la Historia de este festival.