Esta es la estación en la cual tradicionalmente encontramos el cariño y el amor de todos cuantos nos rodean. Este ha sido un año difícil para el mundo, el país completo y especialmente para nuestra ciudad y en particular para los familiares de tantas víctimas de violencia.
Estamos cansados de enterrar a nuestros jóvenes y atar la reputación de nuestra ciudad a estos actos monstruosos y aún los que se ven rodeados de tanta maldad a diario, sufriendo las consecuencias, limpiando los destrozos causados por sus acciones.
Hemos celebrado marchas por la paz, vigilias, noche nacional afuera y cuanto evento comunitario dirigido a eliminar la violencia y en lugar de reducirse, cada día parece tomar mayor fuerza. La mujer sigue siendo abusada, nuestros comerciantes y choferes de alquiler continúan siendo asaltados lo que ha dado por resultado de que muchos en la comunidad tienen temor a salir a la calle.
Parece tan extraño desear Feliz Navidad al prójimo porque no sabemos lo que llevan por dentro. Quizá nosotros mismos lo escuchamos con ironía. La realidad es una: tenemos que buscar la paz dentro de nosotros mismos antes de tratar de salir a esparcirla. De gracias a Dios por tener salud y amor dentro de su hogar y ese será el comienzo para desear a otros lo mismo que usted ya halló.