Todos los años para esta fecha, recordamos los tiempos anteriores a la aprobación de la Decimoquinta Enmienda Constitucional en 1869 que otorgó a los Negros el derecho al voto y al Movimiento de Derechos Civiles entre los años de 1954 y 1968, dándoles una verdadera igualdad en este país.
Nos abrieron las puertas a todos nosotros de diferentes razas y nacionalidades, dándonos la verdadera libertad que disfrutamos hoy. Nosotros, que vivimos esos tiempos, no podemos referirnos a ellos como “los buenos tiempos” porque fueron una vergüenza para la historia de este país.
A medida que pasaron los años, hemos tenido la oportunidad de aprender sobre la vida y los sacrificios de Martin Luther King, lo que nos permite reconocer y apreciar más las acciones y el coraje del Dr. King.
Fue arrestado una multitud de veces durante manifestaciones que respaldan casos contra el abuso y la injusticia. Aunque la violencia siempre siguió a sus manifestaciones, siempre dirigió al público a clamar por la paz. Martin Luther King murió asesinado en 1968 y no hemos visto líderes de su calibre desde entonces.
Si todavía estuviera vivo, el Dr. King estaría muy orgulloso hoy, sabiendo que la Marina de los Estados Unidos, aprovechando el 52 aniversario de su muerte, nombró a su nuevo portaaviones en honor a Doris Miller, un marinero negro que ganó la Cruz de la Marina por sus acciones durante el ataque japonés a Pearl Harbor.
Entendemos sin temor a equivocarnos que en el Valle, la única ciudad que rindió homenaje al Dr. King, fue Haverhill en el Templo Emanu-El con un Servicio de Shabat.
Aparentemente, en Lawrence, donde tenemos tantos que tenemos mucho que agradecer al Dr. King, lo hemos olvidado.
Recordamos con nostalgia, hace años, cuando Guy Kelley, del Cuerpo de Servicio Comunitario de Merrimack Valley, celebraba cada año el Día de Martin Luther King esta vez, con una espectacular presentación de arte en el Centro Rogers para las Artes en Merrimack College. El momento más importante fue cuando Guy Kelley presentó a la audiencia una magnífica colcha creada por miembros de la comunidad.
Heather Stockwell, acompañada en el piano por Margaret DiGrazia, cantó tres canciones que fueron un tributo directo a Martin Luther King en una de las voces más hermosas que pueden escuchar.
También recordamos “Jóvenes sin Fronteras”, un grupo musical de la Iglesia de Santa María bajo la dirección de Víctor Núñez, dio una magnífica nota latina con su música.
Guy Kelley, han pasado 18 años de ese evento, pero donde quiera que estés, gracias por tu trabajo recordando a los jóvenes la vida del Dr. King, ellos están a cargo de preservar su legado.
Un día… no un día libre